Melocotones tropicales
Por Kattia María Chico
kchico@uprm.edu
PRENSA RUM

jueves, 30 de octubre de 2003

Imagine un melocotón de dos pulgadas de diámetro, cuya dulzura y color son más intensos que los que suele encontrar en el supermercado, resistente a los golpes y de larga duración. Ahora imagine que dice “Producto de
Puerto Rico”.

No se trata de una fantasía, sino de una posibilidad que comenzó a desarrollarse hace dos años en las subestaciones experimentales del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) en Adjuntas y Corozal en un proyecto conjunto con la Universidad de Florida.

De Ciencias Agrícolas
investigan los doctores María del Carmen Librán, catedrática asociada del Departamento de Horticultura, y Ángel L. González, catedrático asociado de Entomología del Departamento de Protección de Cultivos. Los investigadores principales en la Universidad de Florida son los doctores Robert E. Rouse y Phil A. Stansley.

Actualmente, se estudia la adaptación de cuatro variedades de esta fruta al clima y los suelos tropicales, así como su vulnerabilidad a las plagas.

“Los melocotones son de clima templado y Melocotones tropicales requieren por lo menos 600 horas de temperaturas iguales o menores a los 55 grados para inducir la floración de los árboles. Las variedades que trajimos se desarrollaron en tres distintas latitudes subtropicales de Florida, pero Puerto Rico es el único lugar del Caribe donde se está evaluando la adaptabilidad a temperaturas más altas,” explicó Librán.

La horticultora indicó que en enero de 2002 se injertaron ramas de árboles adultos a patrones de melocotón. En diciembre de ese año, se estimuló la desfoliación con un producto a base de zinc. Más adelante, se podaron las ramas interiores para aumentar la recepción de luz. Los injertos florecieron en febrero y fructificaron durante los dos meses subsiguientes.

Por su parte, González sostuvo que las ventajas del producto compensan la atención adicional que conlleva su cultivo. “La consistencia de su pulpa permite que permanezca por más tiempo en el árbol, de modo que desarrolla más azúcares y adquiere un color más atractivo. Además, extiende el periodo de almacenaje y consumo sin perder su frescura”, afirmó.



Debido a una temperatura más elevada, los melocotones de Corozal no alcanzaron un tamaño mercadeable, pero en Adjuntas se han establecido con éxito cuatro variedades: Florida Gold, Florida Glow, Florida Prince y Tropical Beauty. Librán señaló que esta última es la de mayor rendimiento, con hasta 76 frutas por árbol en la primera cosecha. Además de la cantidad de frutos, la profesora evalúa otros parámetros de crecimiento como altura, número de hojas y diámetro del tronco. No puede establecerse aún la productividad porque esta especie se demora de cinco a seis años en alcanzar un nivel de producción plena, según informó.

Por otro lado, González se encarga de estudiar la susceptibilidad a enfermedades o plagas. Especificó que la mayor amenaza es la Diaprepes abbreviatus (vaquita de la caña) -un insecto polífago que tiene 270 plantas hospederas y es la principal plaga de los cítricos en las alturas- pero hasta ahora no ha demostrado preferencia por las hojas de este árbol en pruebas de laboratorio. Ambos investigadores coincidieron en que la adaptación de los melocotones al trópico ofrecería un cultivo alterno viable para el agricultor de la montaña.

La propagación por injerto es de tipo asexual y por tanto se conservan las características originales de la planta madre. Así se asegura un grado de uniformidad en los rasgos que los hacen deseables en el mercado local, de acuerdo con los profesores.

Este proyecto se realiza con fondos del programa Caribbean Basin Agricultural Research, una sección del Departamento de Agricultura Federal que subvenciona investigaciones conjuntas entre universidades de Florida, Puerto Rico e Islas Vírgenes.


Flor de melocotón.



La variedad “Tropical Beauty” fue la de mayor rendimiento, con hasta 76 frutos en la primera cosecha de un árbol. El color y sabor de estos melocotones es muy intenso porque la consistencia de su pulpa permite que madure en el árbol.