El conocimiento es la fuente de esa energía que conduce todos los esfuerzos intelectuales y creativos, muy similar al sol, nuestra estrella más cercana y centro de nuestro sistema solar. Giramos alrededor de nuestro conocimiento colectivo, de modo que obtenemos los varios grados de iluminación necesarios para nuestras actividades científicas y académicas. No obstante, debemos difundir esa energía como una cadena alimenticia confiando en que la transferencia energética se realice eficientemente. Un buen maestro es la clave para el éxito de la transmisión del conocimiento.
Dr. Juan G. González Lagoa

	La ASLO le otorgó el premio Ramón Margalef al doctor González Lagoa durante la convención de la asociación internacional en Puerto Rico.

Una carrera que se extiende por más de 50 años como educador, un sinnúmero de publicaciones, conferencias, la gestión de un concierto sinfónico y hasta una estrella con su nombre, son parte de la impresionante hoja de vida del doctor Juan G. González Lagoa. Este apasionado de los cuerpos de agua, manglares, arrecifes de coral y de nuestro sistema solar, fue reconocido con el premio Ramón Margalef por su excelencia en la educación. El galardón de la Asociación Americana de Limnología y Oceanografía (ASLO, por sus siglas en inglés) se le otorgó durante la convención de esa entidad que se celebró por primera vez en Puerto Rico.

La distinción que recibió el catedrático del Departamento de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) reconoce la aportación de González Lagoa a fomentar la educación en todos los niveles de la sociedad.

"Nunca me imaginé que se me otorgara un premio con el nombre de un científico de tanto renombre en el mundo. Mientras hacía el doctorado en Rhode Island, me inquietó alcanzar a los niños y a los maestros. Para mí, la base de la educación está en los niños; a ellos son a quienes uno les lleva el mensaje y ellos, a su vez, se convierten en portadores de ese mensaje", indicó el catedrático.

De hecho, una de las muchas formas que ideó el profesor durante su experiencia como educador consiste en lo que él mismo denomina "el salón sin paredes".

"Inicialmente trabajé, además de las investigaciones, con el programa Sea Grant y su división de educación. Desde allí, organicé viajes de campo para que los niños conocieran lo que era un manglar, un arrecife de coral y las hierbas marinas. No llevaba ninguna pizarra ni papeles, solo nos guiábamos por medio de la observación. Según caminabámos, levantaba una roca y debajo de ella encontraban una estrella de mar, un pepino de mar, pececitos; buscábamos corales: duros, blandos; ellos veían... Eso se popularizó hasta el punto de que me contactaban constantemente", comentó.

De esta manera, han sido múltiples las actividades que ha realizado el doctor González Lagoa. Estas incluyen recorridos a la Bahía Bioluminiscente de La Parguera, en Lajas y hasta la visita de astronautas en la Isla. Esto, unido a otras gestiones educativas desarrolladas a través de los años, sirvió para nominarlo al premio y su posterior otorgación.

"Yo tuve la oportunidad de trabajar con el doctor Margalef, particularmente en el mecanismo de densificación del fitoplancton de las costas, elemento fundamental para entender las bahías bioluminiscentes. Me siento honrado, muy feliz".

El doctor Ramón Margalef, es uno de los ecólogos más prestigiosos del mundo. A lo largo de su trayectoria profesional equiparó la Ecología a otros campos de la Ciencia como la Física, Química y las Matemáticas. De acuerdo con el propio doctor González Lagoa, Margalef visitó el Instituto de Biología Marina en Isla Magueyes a finales de la década del 50. Durante su estadía de diez semanas, enseñó un curso de Ecología, contribuyó al conocimiento de la dinámica de las poblaciones de microorganismos en las bahías costeras del suroeste de Puerto Rico y escribió el libro Comunidades marinas, que fue la base de su monumental obra Ecología.

El galardón reconoce la aportación educativa del doctor Juan G. González Lagoa, catedrático del Departamento de Ciencias Marinas del RUM.

Fotos: Rebecca Carrero / Prensa RUM