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viernes, 1 de abril de 2011
Son las 9:00 a.m. de un día normal para el pueblo puertorriqueño. Miles de personas ya llegaron a sus centros de trabajo; los niños ya están en las escuelas; las carreteras, como es costumbre un miércoles a esa hora, están muy transitadas. Las amas de casa realizan sus labores. Otros, que están de vacaciones, disfrutan de un día de playa primaveral en familia. En fin, cada cual lleva a cabo su rutina normal, cuando repentinamente sienten que se mueve la tierra, no se pueden sostener de pie, los objetos cercanos comienzan a caer, suenan alarmas… A las 9:02 la Red Sísmica de Puerto Rico publica su primer boletín en el que explican que se trató de un terremoto de magnitud 7.6 ubicado a 40 kilómetros de Fajardo, por lo que emiten un aviso de tsunami. A las 9:08 a.m. se activa el Sistema de Alerta de Emergencias (EAS); en efecto, se confirma la situación: Es inminente el peligro de tsunami para la costa este de Puerto Rico.
Afortunadamente, en esta ocasión, se trató de un escenario simulado con el fin de evaluar las comunicaciones y los planes de respuesta de un tsumani a nivel local. La Red Sísmica de Puerto Rico (RSPR), adscrita al Departamento de Geología del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), tuvo un rol principal en la organización del ejercicio denominado CARIBEWAVE/LANTEX 2011, que aspira incrementar la preparación ante la posibilidad de este fenómeno natural.
Este año, la participación de agencias gubernamentales, municipios y escuelas fue mayor, lo que a juicio del doctor Víctor Huérfano, director interino de la RSPR, es un paso muy importante.
“Ya hay una conciencia en la Isla y tenemos el apoyo. Ésta es la tercera vez que hacemos este ejercicio, y cada vez vamos mejorando y aumentando la participación. Este año logramos muchas de las correcciones de los sistemas de emergencias que hubo el año pasado, y esperamos seguir así, mejorando y mejorando, de eso se trata este ejercicio de LANTEX”, sostuvo.
Coincidió Christa von Hillebrandt Andrade, directora del Programa de Alerta Tsunami del Caribe del Servicio de Meteorología de la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional de Estados Unidos (NOAA), quien informó que el primer año que se llevó a cabo este ejercicio, participaron unas 10 escuelas y este año se integraron más de 40.
“Se dio una mayor participación, un flujo mejor de las comunicaciones, vimos muchas personas interesadas, el Programa de Alerta de Tsunami del Caribe recibió más de 300 solicitudes de las personas de la comunidad, de organizaciones en Puerto Rico y el Caribe, interesados en recibir los mensajes directamente de nuestro centro durante el ejercicio”, enfatizó von Hillebrandt Andrade.
En esta ocasión, se enfocaron en ensayar la activación del EAS, mecanismo que no se logró implementar con efectividad en el ejercicio del año pasado.
“Por el reporte de la Asociación de Radiodifusores, el EAS fue efectivo en un 97 por ciento, así que tenemos que mejorar eso. Además, tenemos que coordinar el asunto de las sirenas para que sea algo homogéneo, hubo situaciones con los envíos por celular, tenemos mucho por mejorar. Este año fue claro que nos enfocamos en el EAS, el año pasado tuvimos un bajo por ciento de participación”, agregó el Director de la RSPR.
El simulacro fue patrocinado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas, la NOAA y el Programa Nacional de Mitigación y Amenaza de Tsunamis de Estados Unidos (NTHMP).
“La Red Sísmica recibió el grant del NTHMP, y como parte de esa subvención, nosotros tenemos que coordinar todas las actividades y organizar el evento. Afortunadamente, contamos con el apoyo de todo el aparato gubernamental, ya sea de las oficinas de manejo de emergencia, la Legislatura, la Gobernación y, por supuesto, la Universidad, y de todas las zonas”, puntualizó Huérfano.
En cuanto a las áreas que todavía se pueden mejorar, ambos funcionarios resaltaron la importancia de que las comunidades aledañas a la zona costera puedan tener planes precisos de lo que harán en el caso de una emergencia real.
“Un punto que hay que mejorar es la educación ciudadana, que la gente interprete el mapa, que sigan la ruta de desalojo, y que realicen sus propios planes, no a nivel global, más bien a nivel familiar... Vemos todavía que hay comunidades de personas que están en las áreas que han sido ya enmarcadas como que podrían ser impactadas por un tsunami, que todavía no está claro cómo van a responder", enfatizó Huérfano.
Por su parte, von Hillebrandt Andrade opinó que todavía hay que buscar más formas de diseminar la información.
"La comunicación es una parte clave cuando hay un evento de este tipo; la gente quiere información, y sabemos que les tiene que llegar de manera múltiple... En el nivel del Caribe tuvimos un 80 por ciento de participación de todos los países, que fue mucho más de lo esperado... Todavía hay muchas dependencias que no cuentan con los planes de alerta, y eso es una deficiencia", explicó la funcionaria.
Ensayan desalojo en Empresas
Aparte del papel fundamental de la Red Sísmica en este simulacro, el RUM, como entidad educativa, también se integró al ejercicio con varios escenarios simulados, entre éstos, el desalojo del Edificio de Administración de Empresas.
En las afueras de la instalación, algunos estudiantes escenificaron posibles situaciones que podrían ocurrir en el caso de una emergencia real de este tipo, como intoxicación, heridos y personas con ataques de pánico.
"Allí se hizo un ejercicio de desalojo, estando el edificio en plena operación diaria. Allí había unos 500 estudiantes, profesores dando clases y personal administrativo. Como a las 9:05 a.m. cuando se activó el aviso de tsunami, se desalojó el edificio, se activó la parte médica del sistema de manejo de emergencias del Recinto, llegaron ambulancias, paramédicos, estudiantes y se llevaron a los heridos como parte del simulacro", relató el licenciado Ángel Matos, decano de Administración y director del Comité Operacional de Emergencias (COE) del RUM, entidad que se activó durante el ensayo.
De hecho, los miembros del COE llegaron hasta su centro de mando, para así dar instrucciones sobre cómo manejar los escenarios que se practicaban, entre ellos, la representación de un escape de cloro en el complejo natatorio y el desalojo de esas instalaciones deportivas; el colapso del puente de la carretera que da acceso al área norte del Recinto sobre la Quebrada de Oro; y la coordinación del manejo de tres mil personas refugiadas en el Colegio.
"Los planes son ir practicando simulacros en los diferentes edificios, sobre variadas situaciones para que todo el personal se vaya involucrando en este tipo de ejercicio", apuntó el Decano de Administración.
Un llamado a crear conciencia sísmica
Mientras los sistemas de alerta y comunicación continúan fortaleciéndose con este tipo de simulacro, el llamado a los ciudadanos es a crear conciencia sísmica. Esto implica que cada individuo, familia, empresa, iglesia o entidad tenga su plan de emergencia en caso de un terremoto de gran magnitud o tsunami.
Huérfano explicó que los ciudadanos deben tener en perspectiva dos posibilidades: el caso de un terremoto grande local y la eventualidad de una situación sísmica lejana, que podría provocar un tsunami en la Isla.
"Si el evento es local, como por ejemplo lo que sucedió en 1918, la historia nos enseña que ocurre ese evento y en cuestión de cinco minutos, ya el mar estaba retirándose, que el tiempo es muy corto y podemos quedarnos sin luz y sin comunicaciones", explicó el Director de la RSPR.
En ese escenario, es necesario que la ciudadanía comprenda que un movimiento fuerte es sinónimo de un alerta de tsunami y que deben, luego de protegerse, trasladarse a un lugar más alto en el caso de que residan o trabajen en un área cercana a la costa.
"Si el evento es tan fuerte que te es difícil mantenerte en pie, no hay nada que esperar, ésa es la alerta natural, no esperes sirenas, nos esperes EAS, no esperes celulares, sino que activa tu plan por prevención", puntualizó Huérfano.
Por otra parte, para el caso de un evento sísmico lejano que pueda provocar un tsunami local, los sistemas de comunicación son vitales.
"La tecnología es extremadamente importante, especialmente en casos de un evento sísmico que no sintamos en Puerto Rico, ya sea porque la dinámica del terremoto tiene el potencial de generar un tsunami. Para esos escenarios, la tecnología es muy importante, porque si no suenan las sirenas, no llegan los mensajes por celular, no se activa la televisión, la gente no se va a dar cuenta que hay una emergencia", advirtió, por su parte, von Hillebrandt Andrade.
Para más información sobre cómo activar un plan de emergencia puede acceder a: http://redsismica.uprm.edu.
[ Ver ] Entrevista completa a Christa von Hillebrandt Andrade
[ Ver ] Entrevista completa a Víctor Huérfano
Vídeo Reportaje
El RUM, como entidad educativa, también se integró al ejercicio con varios escenarios simulados, entre éstos, el desalojo del Edificio de Administración de Empresas.
El personal de Servicios Médicos se trasladó hasta el área de Administración de Empresas para simular la asistencia requerida.
Fotos suministradas
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