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jueves, 23 de diciembre de 2010
El Colegio y la pradera
tienen bellezas distintas,
en ellas sabes que pintan
en honor a la bandera.
Por eso aquí yo quisiera
en esta oportunidad
decir que es realidad
en este verso es distinto
y es que luce más bonito
el Colegio en Navidad.
Jerry Rodríguez
Armados de un cuatro, una guitarra, un güiro, instrumentos de percusión y de sus voces, llegaron al Colegio a perpetrar un tradicional asalto. Se trató de un tributo navideño con sabor a música típica, en complicidad con una brisa fría y exquisitos aromas boricuas, que tuvo lugar en el Centro de Estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) donde se celebró una parranda jíbara a cargo de la agrupación Caobaná Criollo.
El evento, organizado por el Departamento de Actividades Sociales y Culturales, agasajó a la comunidad e intentó mantener viva esta esta tradición cultural entre los jóvenes, quienes aprovecharon su hora libre universal el jueves, 16 de diciembre para almorzar, para estudiar y ¿por qué no? distraerse un rato de sus cargadas rutinas al dejarse atrapar por los ritmos autóctonos.
Uno de los que decidió hacer un alto en su agenda y disfrutar la parranda fue Alejandro Núñez, estudiante de quinto año en Ciencias Sociales, quien se sintió esperanzado al escuchar un género que admira profundamente.
“Me siento contento porque estamos pasando por momentos difíciles este año y la música autóctona de nuestro pueblo es la que nos da el ambiente para que nuestros corazones se sientan contentos y se siga esta tradición a la cual estamos acostumbrados. Es una música que nace de nuestra tierra, del corazón, nos mantiene vivos y me siento bien orgulloso de ella”, aseguró.
Los artistas invitados, integrantes de un esfuerzo que inició hace 20 años con la misión de preservar la cultural puertorriqueña, hicieron un recorrido a través de varios géneros de la música jíbara como las distintas variaciones del seis y el aguinaldo. Por supuesto, no faltaron las improvisaciones de décimas a cargo del trovador y exalumno colegial, Jerry Rodríguez.
Yo estudié en este Recinto, aunque hace una temporada, y mi décima rimaba, para todos hoy yo pinto, en este tono distinto, que es mi manera habitual, en un tono natural, en estas cuatro paredes, sepan que soy como ustedes, yo también soy colegial.
Con esos versos inició el cantante una jornada en la que además demostró su talento como trovador al improvisar con los pies forzados solicitados por el público como: “la crema de mi país”, “los estudiantes son orgullo de mi tierra” y “a celebrar los 100 años”. Rodríguez, quien se graduó del Departamento de Historia del Recinto en 1976, se mostró feliz de regresar a su casa a mostrar el oficio al que se ha dedicado por las pasadas décadas.
“Además de un logro, es una satisfacción compartir el arte y lo aprendido en el alma máter y en el lugar donde uno al principio vino a adquirir esos conocimientos que tanto nos ayudaron a seguir el camino que hemos emprendido”, dijo Rodríguez.
El artista ha tenido la oportunidad de enseñar y promover la improvisación entre la nueva generación por lo que está seguro de que la tradición va a perdurar. La acogida de los estudiantes del RUM constató su opinión.
“Pienso que los jóvenes en Puerto Rico están bien enfocados, saben apreciar lo que es arte y lo que es cultura, lo aplauden y lo celebran igual que nosotros. Estamos poniendo nuestro granito de arena para que esto continúe y con los jóvenes y con los puertorriqueños que tenemos comprometidos, sabemos que esto nunca va a morir”, reiteró.
Caobaná Criollo, dirigido por el cuatrista Benito Carrillo, también integró a su presentación la poesía puertorriqueña, afroantillana y negrista de la mano del declamador sangermeño Víctor Madera, quien logró cautivar a la audiencia.
“Lo toman excelente, a los jóvenes le gusta, aunque se han perdido mucho de este género porque quedamos muy pocos en Puerto Rico”, precisó Madera, al tiempo que propuso impulsar más este arte en las escuelas del País.
Los asistentes dieron fe de haberse gozado esta parranda jíbara con sus aplausos, sus miradas atentas y con los contoneos de sus cuerpos o sus pies queriendo bailar.
Así le ocurrió a José Julián Torres García, estudiante en su último año de Ingeniería Eléctrica, quien vio el espectáculo musical como un desahogo.
“Me pareció chévere porque nosotros que estamos aquí estudiando todo el semestre y que le traigan esto a los estudiantes, le llevan un poquito de cultura, de parranda, de ese sabor puertorriqueño que nos hace falta porque no estamos en nuestro hogar, estamos lejos y me gusta pasar ese ratito aquí. La tradición sigue, eso va en nuestra sangre, sería quitarnos lo de puertorriqueños”, manifestó.
Vídeo Reportaje
El grupo Caobaná Criollo llevó una parranda jíbara al Centro de Estudiantes del Recinto.
El declamador de poesía negrista, Víctor Madera, logró cautivar a la audiencia.
Los asistentes mostraron su apoyo a la parranda jíbara con sus aplausos y miradas atentas.
El trovador y exalumno colegial, Jerry Rodríguez, realizó improvisaciones de décimas dedicadas a su alma máter.
Aunque algunos jóvenes decidieron utilizar su tiempo para estudiar, se disfrutaron la presentación de principio a fin.
Fotos por Idem Osorio / Prensa RUM
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