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viernes, 15 de octubre de 2010
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El ingeniero Luis José Cuerda nació en el Colegio, de donde también se graduó en 1960. |
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Nació en el Colegio. Sí, literalmente abrió sus ojos por primera vez en suelo colegial.
Es la historia del ingeniero Luis José Cuerda, quien pertenece a ese selecto grupo de personas que, además de ser egresados del otrora Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas (CAAM), también llegaron al mundo en el hospital que estaba ubicado donde ahora está localizado el nuevo edificio del Museo de Arte y Senado Académico.
Cuerda es tan y tan colegial que le "va a su alma máter hasta en bolita y hoyo". Y este sentimiento no ha cambiado aunque se graduó del CAAM hace 50 años. En esta ocasión, regresó para ser uno de los padrinos de los jóvenes de la Clase del 2010, quienes recibieron sus diplomas y reconocimientos en una especial ceremonia que se celebró el 10 de octubre de 2010.
"Esto es bien significativo, yo nunca he dejado de ser del Colegio, en el sentido de que yo nací en el Colegio", indicó el egresado de Ingeniería Civil de la Clase del 1960.
De hecho, Cuerda, al igual que su homólogo Héctor Rivas, participaron en ambas sesiones de la emblemática ceremonia que, como es costumbre, se llevó a cabo en el Coliseo Rafael A. Mangual del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
"Es un momento muy simpático y agradable regresar a donde uno pasó los mejores ratos de su vida, el tiempo de juventud", afirmó, por su parte, Rivas, quien estudió Ingeniería Civil y Agrimensura.
Y aunque está recién operado de la espina dorsal, el ingeniero Luis Manuel Carrillo, otro de los padrinos de la particular clase 10-10-10, "no podía faltar" a este importante evento.
"Es algo muy especial, nunca me imaginé que esta ocasión iba a llegar... Ver a todos estos jóvenes graduándose aquí me recuerda mis tiempos cuando pasé por esto hace 50 años", sostuvo Carillo, quien repartió entre los presentes billetes que simulaban un millón de dólares que llevaban el mensaje "te regalo un millón de bendiciones".
Ahora, tres de sus 12 nietos estudian en el RUM y la institución le trae muchas memorias porque fue allí donde conoció a su esposa, con quien lleva 53 años de casado.
"La experiencia del Colegio es algo única... Como el Colegio ninguno... Ser colegial es algo que se compenetra en uno, es como pertenecer a una familia extendida", indicó el egresado de Ingeniería Civil.
Coincidió el ingeniero Víctor Ramón Rodríguez Burgos, quien aseguró que el "alma máter no se olvida nunca".
"Es un honor para nosotros estar presentes en una actividad como esta. Nos trae muchísimos recuerdos", señaló Rodríguez Burgos, también graduado de Ingeniería Civil.
Asimismo se expresó el ingeniero civil Rafael Saldaña Viñas, quien en sus tiempos fue atleta del recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico.
"El Colegio es un buen recuerdo, éramos bien poquitos cuando nos graduamos… El tiempo pasó bastante rápido", rememoró.
El RUM es la única institución universitaria en Puerto Rico cuyas clases graduandas son apadrinadas por los egresados de hace 50 años. Los padrinos de esta ocasión desfilaron un 3 de junio de 1960 en la cuadragésima cuarta colación de grados del entonces CAAM. La clase estuvo compuesta por 298 estudiantes, en su mayoría hombres.
Vídeo Reportaje  
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| El ingeniero Héctor Rivas también fue uno de los padrinos de la clase 2010. |
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Un colegial hace entrega de un prendedor conmemorativo de los 100 años a uno de los padrinos. |
Fotos Carlos y Manuel Díaz / Prensa RUM
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