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viernes, 1 de octubre de 2010
Viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal.
Noel Clarasó
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Una de las paradas del grupo es la Torre Eiffel, en París, Francia. |
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Para algunos, podría tratarse del viaje de sus sueños… Otros, quizás desean atestiguar aquello de lo que tanto han leído en libros y visto en películas, acerca del Viejo Mundo. Los motivos pueden ser variados, pero la posibilidad de combinar el placer con la oportunidad de disfrutar de una experiencia educativa única, es posible con el Viaje de Estudios a Europa que coordina el Departamento de Humanidades del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
Desde hace cuatro años, tanto estudiantes del RUM como de otras universidades del País, se adentran en esta aventura de 32 días en la que recorren las ciudades de Londres, París, Bruselas, Roma, Ámsterdam, Múnich y Atenas, y que finaliza con un crucero por el Mar Egeo. En el trayecto, visitan museos, recorren plazas y hasta campos de girasoles, además de los tradicionales paseos en góndola, entre otras actividades que hacen del viaje un evento singular.
Esta experiencia educativa es parte del curso HUMA 3115 del Departamento de Humanidades del RUM, cuyo valor es de tres créditos como electiva libre o socio humanística. Desde el 2007, sus organizadores, el doctor Carlos Casablanca y la profesora Ileana Guilfucci, adaptaron su contenido para que se convirtiera en una muy agradable experiencia.
De acuerdo con el doctor Casablanca, “el viaje amplía el conocimiento cultural de los participantes”.
Entre los puntos de interés que visitaron, se encuentra, en Ámsterdam, el lugar donde radicaba el árbol preferido de Ana Frank, que recientemente se derrumbó, y que era lo único que observaba durante el tiempo en que permaneció escondida.
“Esa es una de las paradas obligadas del viaje. Visitar el vestíbulo y la casa de la señora que albergó a Ana Frank y su familia y luego, subir al cuartito del encierro. Los que fueron al viaje tuvieron la experiencia de vivir eso; ya no está, pero estuvo y nosotros fuimos parte de la historia”, indicó el catedrático de Humanidades.
Asimismo, la travesía de un mes les permite a los aventureros contemplar la ciudad de París desde lo alto de la Torre Eiffel, ser testigos de una de tantas bodas pomposas como las que se escenifican en Bruselas, además de sensibilizarse con las víctimas del Holocausto, al visitar el campo de concentración de Dachau, en Munich.
Según describió Casablanca, el viaje hasta incluye el componente religioso, ya que en Asisi, Italia participan de una misa privada y exclusiva para el grupo. Y claro está, no podía faltar el recorrido en góndolas por los canales de Venecia, que para los viajantes se trata de un giro lungo o una vuelta más larga que la que les dan a los demás turistas. También recorren Roma, en donde quedan fascinados con su Coliseo, y en Turquía, aprenden acerca de lo engañoso que pueden parecer los productos, ya que existe un marcado contrabando de marcas reconocidas.
Esa fascinación por recorrer lugares tan diversos era palpable también en dos de los participantes, Johnny Irizarry Rojas, estudiante de Ciencias Políticas e Historia, y Alvin Acevedo Sánchez, de Ingeniería Eléctrica. Para estos colegiales, la aventura europea fue algo inolvidable.
“En mi caso, significó salir del salón de clases, conocer otras culturas. Yo quería ver el Código de Hammurabi y la piedra de Rosetta, entre otras cosas. Eso es lo bueno de este viaje, que en algún punto uno puede ver algo relacionado con lo que está estudiando. Para quienes estudian ingeniería, la arquitectura; para nosotros, los de historia, los museos; los que están en idiomas, en todos los países escucharán una lengua diferente… Todas las concentraciones de aquí, tienen algo que ver allá”, sostuvo Irizarry.
Por su parte, Alvin Acevedo añadió que, “no solo es una experiencia para estudiantes del RUM, ya que cualquier persona que estudie artes culinarias, experimentará los distintos sabores de la cocina europea. Este viaje está abierto para cualquier persona con el deseo de aprender”. Para él, resultó muy impactante el ver los frisos del Partenón griego, en Inglaterra.
Asimismo, ambos colegiales destacaron que es una oportunidad que permite que uno se desarrolle como persona y aprenda sobre otras culturas.
“Es una experiencia única que cualquier persona que pueda pasar por ella, sin pensarlo, debería hacerlo. Esta es la oportunidad más económica de visitar Europa durante un mes y que incluye los gastos de vuelo, transportación estadía, entradas, seguros de maletas, de salud”, reiteraron.
Por tratarse de un curso, el viaje cuenta con el requisito de redactar un ensayo comparativo acerca de algunos museos o lugares que elija el profesor. En el mismo, deberán abordar la relevancia histórica que tiene cada uno y cómo contrastan entre sí. El escrito se entrega al final del viaje.
Para aquellos interesados en ser parte de esta aventura europea en el verano 2011, deben escribir a carlos.casablanca@gmail.com.
Vista de uno de los canales en Ámsterdam, Holanda.
El grupo frente al monumento al León de Lucerna, en Suiza.
Fotos suministradas
Alvin Acevedo y Johnny Rojas describieron su experiencia al recorrer Europa. Al centro, el doctor Carlos Casablanca (Foto Carlos Díaz / Prensa RUM).
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