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martes, 1 de junio de 2010
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El Dr. José Martínez Picó mientras se desempeñaba como Rector del RUM.
(Foto suministrada) |
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“Lo importante no es llegar primero sino saber llegar”.
Este era uno de los múltiples refranes que don José Luis Martínez Picó compartía con sus hijos. Podría parecer un presagio o profecía, porque él llegó para dejar una huella que siempre quedará presente en la historia Colegial.
“Martínez Picó era el eterno universitario. Nos deja un legado muy marcado como profesor, como administrador y como servidor público, áreas en las que fue ejemplo de honradez y laboriosidad. Lamentamos profundamente esta significativa pérdida para la comunidad colegial”, sostuvo el doctor Jorge Rivera Santos, rector interino del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), al recordar al profesor que falleció el pasado 26 de mayo a sus 91 años de edad.
El doctor Martínez Picó, quien fue el quinto rector del RUM, era Colegial por partida triple: primero, porque curso sus estudios de bachillerato en el otrora Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas en Ingeniería Química; segundo, porque luego se desempeñó como profesor y en varios puestos administrativos; y tercero porque vivió dentro del Campus desde el 1938 al 1979.
Su pasión por la academia la compartía con su amor por la tierra. Tenía una finca que labraba y sembraba junto a sus hijos, según relató el doctor José Antonio Martínez Cruzado, uno de los seis hijos del profesor. “A papi le encantaba la vida con la naturaleza”, puntualizó.
“Tuvimos una crianza y una infancia bien diferente entre el Colegio y la Finca. Mi hermano (Juan Carlos) y yo pasábamos los veranos ayudando a papi en la finca… Tal vez en el momento no nos gustaba mucho, pero analizándolo ahora, ese contacto con la naturaleza nos dio mucha oportunidad para pensar y analizar la vida”, sostuvo Martínez Cruzado.
Martínez Picó nació el 16 de julio de 1918 en Coamo. Realizó su maestría en la Universidad de Michigan Ann Habor y su doctorado lo completó en Carnegie Tech, hoy conocida como Carnegie Mellon.
Además de ser el quinto Rector del Colegio de Mayagüez, el doctor Martínez Picó se desempeñó Decano de Estudios, lo que ahora se conoce como el Decanato de Asuntos Académicos; Decano de la Facultad de Artes y Ciencias; y Catedrático de Química del RUM, departamento que ayudó a fundar en la década del cuarenta. Además, fue reconocido con la distinción de Profesor Emérito en el año 1974.
Como todo un universitario de muchos tiempos, Martínez Picó valoraba profundamente la educación y le decía a sus hijos: “Un País necesita atender su salud y su educación, lo demás viene por añadidura”.
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