El coraje de Teresa Hernández
El coraje de Teresa Hernández
Por Andrés Arias
andres.arias@upr.edu
PRENSA RUM

viernes, 5 de febrero de 2010

...ustedes tienen un poder. El teatro es un poder.
Maritza Pérez Otero

La obra Coraje abrió con la visión que tienen una mujer y su esposo veterano sobre la guerra.
La obra Coraje abrió con la visión que tienen una mujer y su esposo veterano sobre la guerra.
De la guerra se ha dicho todo. Sin embargo, la propuesta teatral Coraje, de Teresa Hernández, trae una nueva perspectiva necesaria porque muestra una reflexión sobre el horror, el dolor y la rabia que provoca y cómo es vista a través de las distancias.

Con los eventos bélicos de la última década como trasfondo y la inspiración de los textos Ante el dolor de los demás, de Susan Sontag; y Madre coraje y sus hijos, de Bertolt Bretch, la actriz, escritora y bailarina presentó su innovadora pieza en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), ante casa llena en el Anfiteatro Figueroa Chapel.

La obra, que contó con las actuaciones de Hernández y sus colegas Yamil Collazo y Karen Langevin, consta de seis escenas conectadas por una narrativa con diversas visiones que apelaron a la imaginación del público. Los personajes de la pieza abarcan desde la esposa de un veterano que celebra los beneficios de la pensión y reprocha a su hijo por no inscribirse en el ejército; el matrimonio rico que ve la guerra como algo distante; hasta una vendedora en medio de la guerra, víctima de sus estragos.

De hecho, esa caracterización de la vendedora o la madre coraje logró conectar con la audiencia cuando le preguntó: “¿De qué guerra son ustedes?”. De esa forma, según explicó la propia autora, se refiere no a una guerra en específico, ni a la guerra institucional, ni a la interior, sino a todas ellas, en el sentido de la forma en que es percibida a través del dolor, los miedos y el terror.

El escenario del Figueroa Chapel estuvo despojado de escenografía, pues la artista decidió utilizar solo sillas para esta pieza. La iluminación, el uso de vestuario y los complicados movimientos corpóreos, ensayados a medida que exploraban los temas para la obra, dieron testimonio de las extensas horas de trabajo dedicadas en conjunto con sus compañeros de escena. Así, con esas imágenes, lanzó al público un reto de realizar una lectura sobre el dolor, el espanto y el terror hacia la guerra.

En entrevista con Prensa RUM, Hernández relató que su inspiración para la creación de Coraje comenzó en el 2003, con dos eventos trascendentales: el inicio de la guerra y el nacimiento de su hijo.

“Fue la primera vez que miré la guerra de otro lugar. Un poco más de cerca me hizo un espacio, un vacío en el estómago. Era como estar tan cerca de una maravilla, que es ver nacer a un ser humano, tener esa responsabilidad y, a la vez, estar siendo partícipe de una guerra”, relató la artista.

Agregó que a partir de ese momento, realizó varias piezas relacionadas con el poder, como Salve la reina, en la que muestra a una monarca déspota, vil y su discurso político. Luego, exploró el tema de la tristeza, la desolación y la desesperanza desde la perspectiva del artista en Nada que ver. Aún así revela que todo esto no fue suficiente para “llenar el vacío dentro de mí”.

Es en un taller en el 2008 con Charo Frances, actriz y profesora del grupo Malayerba, que Hernández se topa con el texto de Bertolt Bretch, utilizado por Frances para hablar de la actuación y la guerra.

“Yo sentía que estaba acumulando una cantidad de imágenes, una cantidad de dolor; que yo seguía viendo noticias y uno se seguía enterando y no sabía cómo sacarlas para fuera. Cuando la escuché, ese fue el permiso que necesité para comenzar el proceso. Ya tenía una cosa más concreta”, narró sobre su experiencia.

Recordó además que cuando estuvo apunto de lanzarse, una colega le mencionó que si iba a hablar de guerra, debía leer a Sontag. “Es quien me da una razón y me ayuda a apalabrar el porqué yo estoy haciendo esta pieza que proviene de una persona que no ha vivido la guerra, sino que la ha visto a distancia”.

Esos fueron los motores principales que usó para realizar la obra, según explicó, pero enfatizó que también integró otras fuentes para crear un andamiaje que le sirviese de estructura. Y al escoger las emociones del terror y el horror, la artista notó que la guerra solamente amplifica eso que ya existe en el ser humano y es su vida cotidiana.

“Nosotros somos malvados en nuestro diario vivir. Podemos ser perversos y morbosos. Los medios nos han alimentado de eso y nosotros le hemos alimentado a ellos. Y yo traté de ver la guerra, no como algo que está lejos, sino cómo la miro a distancia, y cómo está totalmente metida en mi cuerpo”.

Aparte de su taller privado en el que se dedica a sus proyectos escénicos, Hernández dirige el Taller de Otra Cosa. Hoy día, este foro de trabajo experimental, fundado por Viveca Vázquez, desarrolla propuestas contemporáneas de artistas independientes.

Coraje, que estuvo de gira por varios recintos de la Universidad de Puerto Rico, marcó el inicio este semestre de la oferta cultural de Travesía, en el RUM.

Al frente, la actriz Teresa Hernández junto a Yamil Collazo y atrás, Karen Langevin en una de las escenas. Los actores realizaron partes de movimiento experimental con complicadas figuras corpóreas.
Al frente, la actriz Teresa Hernández junto a Yamil Collazo y atrás, Karen Langevin en una de las escenas. Los actores realizaron partes de movimiento experimental con complicadas figuras corpóreas.

Karen Langevin en la escena de la Pareja del Bien-estar.
Karen Langevin en la escena de la Pareja del Bien-estar.

Cada movimiento dio testimonio de las extensas horas de trabajo dedicadas a la pieza.
Cada movimiento dio testimonio de las extensas horas de trabajo dedicadas a la pieza.

Fotos por Andrés Arias / Prensa RUM