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viernes, 15 de enero de 2010
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La charla estuvo a cargo de Carmen González, especialista en ambiente del Servicio de Extensión Agrícola. |
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Mantener la calidad del agua que llega hasta nuestros ríos y quebradas es posible si conocemos las sencillas medidas que están a nuestro alcance. Esto cobra mayor importancia al hablar de la lluvia que cae sobre el terreno ya saturado y que produce aguas de escorrentía. A medida que esta pasa sobre la superficie, lleva consigo basura y otra clase de desperdicios que contaminan los cuerpos de agua.
Con el propósito de controlar las escorrentías en el campus y sus alrededores, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) implementó un Plan sobre el Manejo de Aguas de Escorrentías. Además de manejar las descargas, el plan establece un programa de educación pública que involucre a la comunidad.
Para alcanzar este segundo objetivo, se ofreció una charla a empleados del Departamento de Edificios y Terrenos para promover entre los trabajadores las prácticas para el buen uso del agua. La misma estuvo a cargo de Carmen González, especialista en ambiente del Servicio de Extensión Agrícola, quien además contó con la asistencia del estudiante graduado del Programa de Extensión Agrícola, William Lozada.
“Es un requisito de ley en el que la primera parte era delinear todos los desagües pluviales en el Recinto… la segunda parte es educación, para todo el personal de Edificios y Terrenos para que entiendan la importancia y el por qué de unas medidas que hay que tomar para mantener la calidad del agua”, sostuvo González.
Mediante una sencilla demostración, la experta enfatizó la importancia de mantener una cubierta vegetal sobre el suelo para evitar la erosión y la contaminación. Precisamente, la escorrentía ocurre cuando el terreno no absorbe el agua que recibe. No obstante, si se tiene una cubierta vegetal, al caer el agua, esta se percola en el suelo y recarga el acuífero, manteniendo la humedad, explicó.
La basura y otros contaminantes llegan a formar parte de esa escorrentía. Esta agua con residuos, como el de las construcciones, sigue su curso natural sin ser tratada. En el caso de las construcciones, es muy importante rociar un poco de agua para evitar la propagación de polvo fugitivo y la llegada de contaminantes a nuestras quebradas y ríos. Asimismo, un mal manejo de la escorrentía produce inundaciones, cambios en los cauces y hasta aumenta el costo por tratar el agua para hacerla potable.
Entre las recomendaciones sencillas que podemos adoptar para evitar la contaminación del agua, la especialista mencionó no disponer de los detergentes y químicos por los desagües porque eventualmente dificulta el tratamiento del agua potable. Además, exhortó a tomar las medidas necesarias para prevenir la erosión, ya que la tierra suelta llega a los cuerpos de agua con residuos de plaguicidas y abonos que añaden más a la contaminación. Finalmente, depositar la basura en los recipientes destinados y reciclar son parte de las medidas para controlar el agua de escorrentía.
El Plan de Manejo de Escorrentías está vigente en el RUM desde el 2007. Con su implantación se cumple con los requisitos de la Ley de Aguas Limpias de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
Para más información, puede acceder a: http://academic.uprm.edu/gonzalezc/id20.htm, o a: http://www.uprm.edu/manejodeaguas.
Vídeo Reportaje
El estudiante graduado del Programa de Extensión Agrícola, William Lozada, también fungió como recurso en la actividad.
Los empleados del Departamento de Edificios y Terrenos se adiestraron en el manejo y control de aguas de escorrentía para mantener la calidad del agua.
Fotos: Carlos Díaz / Prensa RUM
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