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viernes, 12 de diciembre de 2008
Mientras el teatro se limite a mostrarnos escenas íntimas de las vidas de unos pocos fantoches, transformando al público en voyeur, no será raro que las mayorías se aparten del teatro, y que el público común busque en el cine, en el music-hall o en el circo, satisfacciones violentas, de claras intenciones.
Antonin Arthaud
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Las piezas presentadas por TeatRUM, destacaron las destrezas de coordinación, la fortaleza física, la versatilidad y la disciplina de los actores. |
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Como una contundente demostración del talento y la destreza de combinar elementos dramáticos diversos, se presentó la serie teatral El ombligo de los limbos, organizada, dirigida y protagonizada por los estudiantes de la sección de drama del Departamento de Humanidades del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), conocida como TeatRUM, que dirige el doctor Aravind E. Adyanthaya.
La serie, que toma su nombre de una de las obras más reconocidas del dramaturgo francés Antonin Arthaud, inició con un conversatorio en el que la comunidad universitaria tuvo la oportunidad de conocer las técnicas, procedimientos y experiencias que representa hacer un teatro de calidad con bajo presupuesto económico y ambiciosas ideas.
“En una institución tecnológica resulta más retador presentar un proyecto artístico. Lamentablemente, existe una cultura de temerle a aprender. Por eso, El ombligo de los limbos se presenta como una alternativa diferente. Nuestro objetivo no es atraer público, sino presentar un teatro de altura en sus diversas manifestaciones artísticas”, expresó el estudiante Raúl Reyes, quien también es director de una de las piezas presentadas en la serie.
Por su parte, el profesor Adyanthaya explicó que los estudiantes emplearon diversas modalidades teatrales, con las cuales pudieron aplicar los conocimientos adquiridos en cursos tales como Actuación II y Dirección escénica.
“La commedia dell’arte, el costumbrismo jíbaro y el teatro japonés Kabuki empezaron a dar forma a esta serie. A tales manifestaciones, se añadieron elementos del teatro del absurdo, así como también elementos de los movimientos simbolista y surrealista, que rinden homenaje a los escritores Arthur Rimbaud y Federico García Lorca, respectivamente”, indicó.
El ombligo de los limbos inició a principios del mes de noviembre con la puesta en escena del primer ciclo de obras compuesto por Tsunemasa, pieza representativa del denominado teatro noh japonés, dirigida por Kathia Torres; Celedonia, comedia costumbrista jíbara inédita del dramaturgo caborrojeño Antonio Pagán, dirigida por Eury González. También se presentaron La doncella, el marinero y el estudiante, diálogo surrealista de Federico García Lorca, dirigida por Limary Ruiz y Jesús Medina; y Olas y arenas, pieza inspirada en el estilo Kabuki en homenaje a la compositora puertorriqueña Sylvia Rexach, bajo la dirección de Emmanuel Feliciano y Pamela Padilla.
El segundo ciclo incluyó las obras Lazzi, pieza instaurada en la modalidad italiana denominada commedia dell’arte, dirigida por Ricardo Olivencia; Testigo del descubrimiento, juguete cómico costumbrista, dirigido por Eury González; y Rimbaud: L’enfant terrible, obra experimental inspirada en los textos y en la vida del enigmático “poeta maldito”, Arthur Rimbaud.
Las piezas destacaron las destrezas de coordinación, la fortaleza física, la versatilidad y la disciplina de los actores, quienes exhortaron al resto de la comunidad universitaria a apoyar las actividades de TeatRUM y artísticas en general.
Este colectivo artístico comenzó en 1966 bajo el nombre de Club Dramático Colegial y para la década de los noventa pasó a ser TeatRUM. Su propósito inicial era unir a los estudiantes interesados en la actuación, desarrollarlos en el campo de la dramaturgia y presentar en el Recinto obras de calidad. Más adelante el grupo adquirió la misión de crear conciencia a través de los mensajes sociales de las obras que presentan. Actualmente, integran el grupo alrededor de 25 estudiantes colegiales.
Se rindió homenaje a la compositora puertorriqueña Sylvia Rexach, con la pieza Olas y arenas, inspirada en la modalidad teatral japonesa conocida como Kabuki.
El grupo estrenó la comedia costumbrista jíbara Celedonia, del dramaturgo caborrojeño Antonio Pagán.
El colectivo integró algunos de los elementos característicos de las diversas modalidades teatrales presentadas.
La serie El ombligo de los limbos fue organizada, dirigida y protagonizada por los estudiantes de la sección de drama de Humanidades. En la imagen, una escena de la obra Celedonia.
Fotos por Nilka Gissel Montalvo
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