El ambiente festivo, el entretenimiento seguro y la interacción social, así como el trato que se brinda, han sido los atractivos principales en El café colegial: La Cueva de Tarzán, ese singular pub del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), que celebró el pasado 23 de octubre su tercer aniversario.

Así opinaron los estudiantes que son clientes asiduos, los jóvenes universitarios encargados del lugar y los funcionarios del Recinto que lo fundaron y que colaboran con su administración. Y es que lo que comenzó como un proyecto del Departamento de Servicios Médicos, adscrito al Decanato de Estudiantes, para crear un ambiente de socialización libre de drogas y alcohol, se ha consolidado como un punto de encuentro favorito entre cientos de colegiales.

“Ha ocurrido lo que originalmente soñábamos, tener un lugar de esparcimiento, donde los estudiantes pudieran compartir, estudiar y pasar un buen rato dentro de la misma Institución”, aseguró el rector del RUM, doctor Jorge Iván Vélez Arocho, en su mensaje de felicitación.

Por su parte, la directora de Servicios Médicos, Rosie Calderón, destacó que el mayor éxito se ha demostrado con el patrocinio del gran número de estudiantes que visitan el café a diario y que comprueban que es posible divertirse en un entorno sano.

“Es un proyecto de prevención porque estamos diciéndoles que pueden disfrutar en un lugar donde no hay sustancias adictivas y pueden llevarse bien en ese ambiente, es seguro y bien chilling como ellos dicen”, expresó Calderón.

Un equipo de 18 empleados, todos estudiantes del Recinto, administra el lugar, que durante el día ofrece meriendas, bebidas frías o un delicioso café y cuya oferta va acompañada de una buena película, música o en conexión con la red cibernética, un elemento que le da un aire de cibercafé.

Su actual gerente, Yekselly Méndez, quien estudia su segundo año en Economía, explicó que 16 de los empleados que laboran en la Cueva lo hacen a través del Programa de Estudio y Trabajo de Asistencia Económica, mientras que los demás son estudiantes por jornal subvencionados por la Oficina del Rector. Asimismo, con la aportación del Recinto para su infraestructura, el proyecto es autosustentable con las ventas que genera.

La gerente agregó que la promoción, la variedad y precios de los productos que ofrecen y la oferta de películas son tres ingredientes principales en la acogida que reciben de sus clientes.

Y ¿cuál es el secreto para tener casa llena siempre? A juicio de Yekselly es “el trato al cliente, nosotros les preguntamos siempre cómo les va en las clases, cómo les va en general aparte de que es un ambiente de total socialización”, observó la joven al tiempo que agregó que en las noches el espacio se transforma con el ofrecimiento de karaoke y la presentación de bandas en vivo.

Otro factor que hace la diferencia es la participación amplia de la juventud en el proyecto. Así le parece a Daira Dávila, estudiante de cuarto año de Sicología y coordinadora de actividades de La Cueva de Tarzán, quien piensa que nadie mejor que los jóvenes para entender las necesidades de sus pares.

“El éxito es que este proyecto corre por estudiantes para los mismos estudiantes. La administración nos ayuda, pero las ideas corren por nosotros. Como somos jóvenes, conocemos lo que ellos quieren y podemos atraerlos a este ambiente saludable y de prevención”, precisó Daira.

Dos clientes frecuentes que dieron fe de lo anterior son Graciela Morales, estudiante de quinto año de Inglés, e Ian Vázquez, quien cursa su tercer año en Educación Física. Ambos coincidieron en que la oferta de entretenimiento y socialización que se genera en el espacio lo convierten en el lugar ideal para pasar un buen rato.

“Llevo dos o tres años viniendo a La Cueva todos los días. Lo que me atrae es precisamente el ambiente, uno puede estudiar, conectarse o simplemente relajarse, ver películas y confraternizar con todo el mundo”, expresó Graciela.

La celebración contó con varias actividades artísticas durante toda la semana, así como una exhibición del café que se sirve en la Cueva y que se cosecha en la Estación Experimental Agrícola de Adjuntas. Álvaro Serrano, auxiliar de investigación agrícola de esa entidad, tuvo a su cargo la presentación que incluyó todas sus facetas, desde la planta de café que se siembra en el campo hasta las diferentes etapas del fruto.

Como parte de la celebración del aniversario, se reconoció a todos los colaboradores del Recinto en el proyecto. El mismo estuvo a cargo de la Directora de Servicios Médicos, así como de Hernán Méndez, coordinador del Programa de Salud de dicho Departamento.

Se unieron a la celebración otros funcionarios como el rector Vélez Arocho y la profesora Teresita Cruz, decana asociada de Estudiantes. Hasta la mascota colegial, Tarzán, hizo de las suyas en la Cueva a la que prestó su nombre.

Vídeo Reportaje

La Cueva de Tarzán se ha consolidado como un punto de encuentro favorito entre cientos de colegiales.

La profesora Teresita Cruz, decana asociada de Estudiantes, también felicitó a los organizadores del café colegial en su tercer aniversario.

Desde la izquierda: Yamil Barreto, empleado por jornal de la Cueva; Rosie Calderón, directora de Servicios Médicos; Yekselly Méndez, gerente; Juan G. Ortiz, empleado por el programa de Estudio y Trabajo; Hernán Méndez, coordinador del Programa de Salud; y Álvaro Serrano, de la Estación Experimental Agrícola de Adjuntas; acompañados por la mascota colegial Tarzán.

Las jóvenes Rosally Bisbal y Daira Dávila celebraron el cumpleaños junto a Tarzán.

Mike Rivera fue uno de los artistas invitados al festejo de aniversario. (Foto suministrada)

Fotos por Carlos Díaz / Prensa RUM