Taller del SEA educa y divierte
Taller del SEA educa y divierte
Por Redacción
prensa@uprm.edu
PRENSA RUM

viernes, 29 de agosto de 2008

Uno de los talleres artesanales enseñó a los niños la confección de artículos con higüeras.
Con el propósito de fomentar hábitos saludables, proveer actividades de entretenimiento que contribuyan a la aptitud física y desarrollar el amor hacia la naturaleza, el Servicio de Extensión Agrícola (SEA) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) celebró por segunda vez el Taller educativo para hijos de empleados del 29 de julio al 2 de agosto pasado.

La actividad fue organizada por el profesor Andrés Irizarry Carlo, Especialista 4-H, quien contó además con la colaboración de Vanessa Alequín, de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Empleo y Acomodo Razonable del RUM y la profesora Wanda Almodóvar, especialista en Fitopatología.

Según explicó Irizarry, por su naturaleza de agencia educativa, el SEA busca fomentar el conocimiento sobre la agricultura, los recursos de la comunidad, las ciencias de la familia, del consumidor y la protección del ambiente.

Agregó que uno de sus programas es el de Juventud y Clubes 4-H, que a su vez auspicia el Taller de verano, con el propósito de que los hijos de los empleados entiendan y valoren el trabajo que día a día ejecutan sus padres.

“Este año quisimos darles la oportunidad a estos niños de hacer cosas diferentes a las tradicionales, por ello tuvieron experiencias agrícolas, pecuarias y de conservación del medio ambiente durante cinco días”, indicó.

En esta ocasión, alrededor de 15 participantes entre las edades de 8 a 13 años, aprendieron sobre el calentamiento global, el cuido y manejo de mascotas, el uso de computadoras y herramientas de Internet y la preparación de un huerto casero.

“Los niños fueron motivados a establecer huertos caseros con su familia, por lo que transplantaron plantitas que luego se llevaron a sus hogares. Además, se les educó sobre el calentamiento global con el propósito de que puedan hacer una diferencia en sus estilos de vida y proteger nuestro ambiente”, precisó el coordinador.

Por otro lado, los chicos también formaron parte de talleres artesanales sobre confección de artículos con higüeras, chiringas nativas y visitas educativas a diversos lugares como una finca de vegetales en Santa Isabel y al Portal del Yunque, entre otras excursiones recreativas.

“Se hizo un Día de campo a una finca de hortalizas donde saborearon suculentos melones y otras frutas. En el viaje al Yunque tuvieron la oportunidad de tener un contacto directo con nuestra naturaleza. Hicieron una caminata en familia por algunos senderos, disfrutaron del paisaje, del agua fría que corría a través de las caídas y de las especies vistas como avispas, caracoles y otros”, relató.

Irizarry destacó algunos de los objetivos principales del Taller y del Programa de Juventud y Clubes 4-H, entre éstos, el desarrollo de relaciones sociales constructivas y de convivencia en grupo y el estímulo de las habilidades creativas de acuerdo con los intereses de los jóvenes.

En el campamento de este año colaboraron también como voluntarios: Orlando Pérez, Ramón Nieves, Wilda Rodríguez, Ivelisse Vélez y José Vega.

Alrededor de 15 participantes formaron parte del Taller educativo del SEA. En la foto, frente a la entrada principal del Portal del Yunque.
Alrededor de 15 participantes formaron parte del Taller educativo del SEA. En la foto, frente a la entrada principal del Portal del Yunque.

La excursión a la finca de hortalizas en Santa Isabel fue una de las actividades recreativas.
La excursión a la finca de hortalizas en Santa Isabel fue una de las actividades recreativas.

Algunos chicos saborearon un pedazo de melón cultivado en la finca que visitaron.
Algunos chicos saborearon un pedazo de melón cultivado en la finca que visitaron.

El profesor Andrés Irizarry ofreció un taller de confección de chiringas.
El profesor Andrés Irizarry ofreció un taller de confección de chiringas.

Cada niño transplantó un arbolito para fomentar su interés por un huerto casero.
Cada niño transplantó un arbolito para fomentar su interés por un huerto casero.

Fotos suministradas