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viernes, 28 de marzo de 2008
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Alrededor de 150 mil especímenes de invertebrados, como los insectos en la foto, forman parte de la colección. |
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La colección de 150 mil especímenes de animales invertebrados que posee el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) a la que ha contribuido un gran número de científicos durante los pasados 85 años, pasará por un intenso proceso de reorganización y digitalización en un esfuerzo por preservarla como legado histórico de la ciencia natural puertorriqueña.
El proyecto colaborativo estará en manos de los doctores Nico Franz y Carlos Santos del Departamento de Biología y Nikolaos Schizas de Ciencias Marinas, luego de que su propuesta recibiera una asignación de $320 mil dólares de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF, por sus siglas en inglés).
A partir de este mes y en un periodo de tres años, el equipo espera contar con un portal cibernético que contenga la colección completa de las especies -cuya característica común es que no tienen columna vertebral- como los insectos, gusanos, caracoles, arañas, crustáceos y milpiés, entre otros. De acuerdo con los científicos, de cada 100 especies de animales, 95 son invertebrados y ocupan todos los ecosistemas.
“Estas colecciones son de inmenso valor científico e histórico ya que se iniciaron desde la década del 1920 y en varios casos representan los registros originales de la fauna de Puerto Rico. El Recinto ha tenido un legado sobresaliente en la biología de animales invertebrados que como grupo son muchos más diversos que, por ejemplo, los vertebrados o incluso las plantas”, precisó Franz, entomólogo que se integró a la facultad de Biología hace dos años y medio.
Precisamente, proteger esa gran representación de la fauna puertorriqueña es la meta inicial del grupo. “Para promover proyectos de conservación necesitamos conocer nuestra biodiversidad, atesorarla y resguardarla en un lugar seguro para las futuras generaciones. Es la clave para entender cómo nuestro planeta responde a los cambios climáticos: comparando el pasado con el futuro. Tenemos el pasado aquí, pero necesita un lugar adecuado y una manera moderna en la que se pueda utilizar”, aseguró, por su parte, Santos, quien se especializa en Biología de agua dulce.
De acuerdo con los biólogos, luego de realizar un inventario como parte de la propuesta a la NSF, estimaron 150 mil especímenes de esta categoría, que incluye una colección de invertebrados marinos ubicada en la isla de Magueyes en Lajas y que supervisará el doctor Schizas. Asimismo, se le sumarán colecciones donadas por catedráticos del RUM, como una de caracoles que incluye especies de Puerto Rico, Cuba y Las Bahamas.
Histórico inicio
Franz destacó la visión que tuvieron sus precursores, sin los cuales no existiría la colección. Señaló como a uno de sus fundadores al doctor Stuart T. Danforth, un profesor de zoología que llegó al Recinto en la década del 1920. “Era un especialista en aves, pero viajó extensamente por el oeste de Puerto Rico y empezó a colectar insectos, una de sus pasiones adicionales”, contó.
Agregó que aunque el zoólogo murió joven, pudo adiestrar al puertorriqueño José A. Ramos, quien luego se convirtió en el primer profesor de entomología del Colegio y es el responsable de establecer formalmente la colección.
Sostuvo que la misma se fundó oficialmente en 1946 y continuó nutriéndose con las aportaciones de diversos científicos y zoólogos famosos que dejaron su huella colegial. Franz y Santos destacaron entre los colaboradores a los doctores Jenaro Maldonado Capriles, Ángel Berríos, y -más recientemente- a Stuart Ramos, Sonia Borges y José Mari Mutt.
Imponente herencia
Según relataron Franz y Santos, las muestras de invertebrados estaban originalmente ubicadas entre el Edificio Luis Celis y el Laboratorio de Entomología del Recinto. Luego, al mudar el Departamento de Biología al nuevo edificio, los profesores se dieron cuenta de la inmensidad del legado.
Fue así como el grupo dio forma al proyecto que constará de tres partes: la reubicación y modernización de la colección; la digitalización; y las investigaciones que tendrán a cargo estudiantes subgraduados y graduados.
“Vamos a tener una nueva infraestructura que incluye alrededor de 45 nuevos gabinetes y mil cajas entomológicas que estarán en el Laboratorio de Entomología, en adición a gabinetes especiales para caracoles y para especímenes que requieren montarse en laminitas. Más de $125 mil del presupuesto son sólo para muebles de almacenamiento”, explicó Franz.
Agregó que otra parte del presupuesto se dedicará a las becas para estudiantes y a la contratación de un técnico científico para el trabajo de modernizar y digitalizar. Asimismo, contemplan adquirir equipo de computadoras y programas especializados, e invertirán en un adiestramiento para aprender a usar la base de datos que albergará las colecciones.
Franz destacó que, como parte de su trabajo investigativo, los alumnos desarrollarán herramientas interactivas dedicadas a diferentes especies de animales. Las mismas estarán disponibles en Internet y tendrán una explicación de sus características así como una ilustración con fotos, de manera que los usuarios aprendan sobre la diversidad que existe en Puerto Rico. Algunos proyectos incluirán a las hormigas, las mariposas comunes, las arañas y los insectos acuáticos.
Tal vez la parte que más entusiasma a los biólogos, según relataron, es la nueva base de datos que construirán y que se integrará a otras similares a nivel mundial como la Global Biodiversity Information Facility (GBIF; http://www.gbif.org) que conecta diferentes bases de colecciones internacionales.
“Para este grupo de organismos, la base de datos científica que vamos a establecer va a ser la primera de este tipo en la Isla. Ya existen dos para plantas, pero para animales -incluso vertebrados- no existe ninguna que se pueda ofrecer en línea y donde uno pueda hacer búsquedas de los registros. A ese nivel queremos llegar para empezar a usar este legado de una manera consistente”, enfatizó Franz.
Por su parte, Santos destacó que aunque se trata de un esfuerzo ambicioso, es necesario también en parte por el amplio desconocimiento que existe en general de los organismos con los que se cohabita.
“Puerto Rico es uno de los países donde vas al patio de tu casa, tomas 10 organismos y no sabes cómo se llama ninguno. Mientras que vas a países más pequeños subdesarrollados y te venden guías de campo para que disfrutes de la biodiversidad. Tenemos que educar a la gente para que disfrute más la naturaleza conociéndola”, subrayó el biólogo.
Los catedráticos adelantaron que esperan ver los primeros resultados en aproximadamente un año y medio cuando debe estar lista la página de Internet. A juicio de Franz, este trabajo contribuirá también a solidificar el programa académico de Biología por las herramientas que ofrecerá para la conservación ecológica.
“Nuestra infraestructura va a ser la mejor en la Isla, por lo menos para invertebrados. El proyecto nos va a poner en el mapa internacional de colecciones de organismos y permitirá establecer los inicios para un museo de historia natural”, puntualizó Franz.
Desde la izquierda, los doctores Carlos Santos y Nico Franz.
El proyecto incluye una diversa muestra de mariposas.
El doctor Nico Franz explicó que se invertirá en muebles nuevos para almacenar las especies.
Fotos: Carlos Díaz / Prensa RUM
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