Gotas de esperanza
Por Mariam Ludim Rosa Vélez
mariamludim@uprm.edu
PRENSA RUM

viernes, 14 de marzo de 2008

“Aportar una gotita de sangre para salvar una vida”. De esa forma describió el estudiante Francisco Javier Aponte lo que le motivó a donar sangre en la segunda Mega Sangría Colegial que se llevó a cabo el pasado 4 de marzo en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).

Aponte, quien cursa su último año en la Facultad de Administración de Empresas, leía un libro de su clase de seminario, mientras de su brazo derecho fluía el líquido vital. El proceso, en su caso, duró unos cinco minutos.

“Ella tiene una buena mano”, señaló en referencia a la enfermera Brenda Cedré de la Cruz Roja organismo que facilitó el proceso de donación.

El joven es donante frecuente, ésta fue la duodécima ocasión en la que regaló su sangre, cuyo tipo -O positivo- es clasificada como universal. Relató que ha experimentado la situación de necesitar sangre para un familiar. Por eso, cada vez que surge la oportunidad de compartir, así lo hace.

En otra estación del centro de donación, ubicado en el anexo de la Cafetería Colegial, estaba Leonel Oramas Pacheco, estudiante de Maestría del departamento de Ingeniería Eléctrica.

Oramas Pacheco, también es donante frecuente desde el 1996. Su intención: “regalar vida”. “Cuando doné por primera vez, decidí hacerlo un hábito. Para qué quedármela, si puedo compartirla”, comentó el colegial, quien también labora como asistente de profesor.

En su caso, el proceso se llevó a cabo a través de la máquina Alyx que separa las células rojas del plasma, lo que permite que la sangre salga ya lista para usarse. Con este paso adicional el tiempo de recopilación asciende a unos 20 ó 30 minutos.

Por otro lado, en el edificio Josefina Torres Torres también obsequiaron su sangre las estudiantes de enfermería Ángela Vázquez, Jocelyn Ruiz y Sara Báez. Fue la primera vez que las tres jóvenes donaban.

“Es una noble causa que nos da la oportunidad de ayudar a alguien”, sostuvo Ruiz mientras la enfermera guardaba la pinta de sangre recopilada.

Durante la Segunda Mega Sangría Colegial se recolectaron 349 pintas productivas, indicó el doctor Roberto Vargas, ayudante especial del Rector. “Fue muy exitoso, la respuesta mayormente fue de estudiantes”, sostuvo.

Según indicó es muy importante que la Universidad se integre a estos esfuerzos ya que permite que los estudiantes se involucren en la labor social. “No podemos dejar el mensaje que hay que donar porque hace falta. Tenemos que trascender esa enseñanza y donar como parte de una cultura y deber ciudadano”, señaló.

Además de las estaciones de la Cafetería y Enfermería, se ubicaron centros de donación en los departamentos de Biología, Ingeniería Industrial, Ingeniería Civil, y Edificios y Terrenos.

El comité de coordinación de la Mega Sangría estuvo compuesto por Vargas, Carmen Medina, Maritza Laracuente, Sonia Sánchez, Gloribell Ortiz, Edwin González, Liza Perea, Antonio Ramos, Ellen Acarón, Joselito Santiago y el personal de la Oficina de Actividades Sociales y Culturales.


El estudiante Francisco Javier Aponte de Administración de Empresas.


En el anexo de la Cafetería se recolectaron 147 pintas productivas. En la foto un grupo de estudiantes que esperaban para donar sangre.


El estudiante graduado Leonel Oramas de Ingeniería Eléctrica.


La estudiante Jocelyn Ruiz de Enfermería.

Fotos Mariam Ludim Rosa Vélez / Prensa RUM


Antonio de Vera, presidente de la Cruz Roja en Puerto Rico (derecha) entregó al Rector del RUM, Jorge Iván Vélez Arocho un reconocimiento por la participación en la primera Mega Sangría en el 2007.

Foto Carlos Díaz / Prensa RUM