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viernes, 31 de agosto de 2007
Puerto Rico está tecnológicamente preparado para disfrutar de los beneficios que le puede ofrecer la energía eólica o que se obtiene por medio del viento. Para lo que no se ha preparado aún la Isla es para identificar el primer lugar en dónde se pueda generar dicha energía, ni para el desarrollo de política pública que regule esa tecnología.
Así opina el doctor Agustín Irizarry Rivera, catedrático del departamento de Ingeniería Eléctrica del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), favorecedor de ese método de producción de energía.
Con el entusiasmo y el conocimiento que le otorgan sus casi diez años de investigación sobre el tema, el catedrático señaló que la mayor ventaja radica en que su costo de producción es mucho más económico comparado con otros tipos de energía, como es el caso de la solar o la generada con combustibles fósiles como el carbón o el petróleo.
“En Puerto Rico no tenemos petróleo, ni gas natural, dependemos de combustibles fósiles para la generación de electricidad y cada vez van a ser más escasos, más caros y no podemos cifrar nuestras esperanzas en ellos”, apuntó.
El especialista indicó que en su tesis de investigación, el estudiante Carlos Ramos Robles demostró que la energía eólica es económicamente viable para Puerto Rico. Explicó que la electricidad producida por esta energía se puede vender a unos ocho centavos y medio por kilovatio si el proyecto es sufragado en zona privada, comparado con los 17 a 18 centavos el kilovatio que se paga en la actualidad en Puerto Rico.
“Si se puede vender a ocho centavos y medio el kilovatio, ciertamente, es una producción razonable”, afirmó.
Otra de las ventajas es la ambiental ya que, según sostuvo, el molino es una fuente renovable que no contamina. Pero, en este renglón, no todo es color de rosa para el viento, ya que existen factores adversos a los que aluden los ambientalistas y el principal parece ser el impacto negativo de los molinos en las aves. Sin embargo, de acuerdo con el doctor Irizarry todo es cuestión de ubicación. Garantizó que existen múltiples estudios en Europa que demuestran el poder de adaptación de las aves y que éstas se acostumbran a los molinos. Añadió que hay otras investigaciones que prueban que “los gatos domésticos matan más millones de aves al año, que las que matan montones de otras actividades”.
“Pero, eso no es excusa para decir ‘no lo vamos a atender’. No; hay que atenderlo” enfatizó el especialista al insistir en el factor de la ubicación adecuada.
Y en Puerto Rico, según el doctor Irizarry, “hay viento suficiente para aprovecharlo para generar electricidad” a dos escalas: la industrial o comercial y la residencial. La primera es la que se produce en las llamadas fincas o parques con molinos de más de 50 metros de altura cuyas paletas son de ese mismo diámetro. De hecho, un complejo industrial eólico fue propuesto por el sector privado en una propiedad en Guayanilla que colinda con el Bosque Seco de Guánica y es precisamente esa ubicación la objeción más grande que ha confrontado el proyecto.
Por ello, el especialista, no solo reiteró la importancia de una buena ubicación, sino que además subrayó el valor del diálogo entre todas las partes. Pero, por el momento, es otro pueblo el que aparenta ser el primero que quizás en un futuro implemente esa tecnología, pero a escala residencial. Según informó Irizarry, el municipio de Caguas adoptó una propuesta de un proyecto del RUM para la medición del viento en la comunidad San Salvador. Sin embargo, aún cuando los resultados indiquen que los vientos son adecuados para la instalación de molinos, la decisión del tal acción recaerá en la propia comunidad, tras las consabidas consultas ambientales.
Otros lugares en los que el viento “luce bien” y que pueden resultar idóneos para crear fincas de molinos de viento se encuentran en el norte y en el este de la Isla, especialmente en Vieques y Culebra, de acuerdo con los nuevos mapas de estimados de viento desarrollados por el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL, por sus siglas en inglés). Irizarry indicó que en las dos islas municipios, por ser masas de tierra pequeñas, no existe inversión o cambio en la dirección del viento, contrario a la Isla grande, lo que las convierte en buenos lugares para la instalación de molinos. De hecho, explicó que para la década de los setenta, el Departamento de Energía de Estados Unidos, la NASA, y la otrora Autoridad de Fuentes Fluviales ubicaron un prototipo de molino en Culebra que fracasó, principalmente, por su diseño de dos aspas el que posteriormente fue descartado- y no por el viento de la Isla, como es la creencia generalizada.
Mientras, en el Sur se ha encontrado que el viento es superior a lo que se esperaba. No obstante, ésa no es la situación en el oeste de la Isla, en donde el viento es “fatal” a consecuencia de los vientos alisios que proceden del noreste.
“Entender dónde está el viento bueno en Puerto Rico y qué es buen viento es fundamental. Luego de eso, hay que parear el molino adecuado con el viento que tenemos y el efecto que tiene esa generación de electricidad en la red eléctrica y en el consumo”, apuntó el experto.
Por otra parte, según precisó Irizarry, la regulación existente relacionada con este tipo de energía “no es la mejor, pero es un buen indicio”. El doctor se refiere a la ley de medición neta que ordena y autoriza a la Autoridad de Energía Eléctrica a establecer un programa de esa índole a los abonados que hayan instalado un equipo solar eléctrico o un molino de viento que produzca energía eléctrica. Además, dicha legislación provee que se le concedan créditos en la facturas por la electricidad generada por esos equipos.
Pero, muy a su pesar, el doctor Irizarry reconoció que la energía eólica no será posible en la Isla hasta tanto las discusiones sobre el tema dejen de ser conflictivas con el fin de llegar a acuerdos sobre el tipo de terreno, y sobre todo, que se relacionen con las tecnologías que el País desea para su mejor desarrollo.
“Tecnológicamente, (la energía eólica) es una alternativa real, la pregunta que tenemos que contestar es si la queremos o no”, finalizó.
Tercera conferencia de ACEER
Recientemente, el doctor Irizarry formó parte de los conferenciantes que disertaron sobre energía renovable durante la tercera actividad que organizó la Alianza Ciudadana para la Educación en Energía Renovable (ACEER). El evento, que se efectuó en días pasados en la ciudad de Mayagüez, contó con la participación de diversos estudiosos que enfocaron sus ponencias en los asuntos de costo y beneficio de la energía de viento y la reducción en el consumo y el costo de la electricidad en residencias, negocios, industria y gobierno.
El invitado especial de la tercera conferencia de ACEER fue el ingeniero Enrique Soria, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España, quien habló sobre la generación de la energía de viento en el planeta y en la península ibérica.
Las turbinas de viento o molinos convierten la energía cinética del viento en energía eléctrica.
Para la década de los setenta, el Departamento de Energía de Estados Unidos, la NASA, y la otrora Autoridad de Fuentes Fluviales ubicaron un prototipo de molino en Culebra que fracasó, principalmente, por su diseño de dos aspas el que posteriormente fue descartado- y no por el viento de la Isla, como es la creencia generalizada.
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