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viernes, 23 de marzo de 2007
El torito se asomó a la verja. Eso llamó la atención del chico que estaba observándolo. El animal juvenil se rascaba insistentemente. Estaba al alcance de la mano del adolescente que miró para todos los lados y aprovechó, que supuestamente nadie lo observaba, para tocar al bovino en la cabeza. Al toro color ébano pareció gustarle la caricia pues se quedó muy quieto y adormecido por unos instantes. Luego bajó la cabeza, como si expresara aprobación. Sin embargo, la conexión duró muy poco, repentinamente el animal resopló drásticamente y empujó el enrejado que se mantuvo incólume. El jovencito dio un brinco del susto… siguió caminando con una sonrisa de complicidad. Más adelante, sin saber que alguien lo miraba, acariciaba el costado de una vaca blanca.
Por treinta años la feria agrícola Cinco Días con Nuestra Tierra ha servido como lugar de reunión para la familia, cómplice de experiencias que serán atesoradas y custodio de la tradición agrícola generación tras generación. Un punto de encuentro con la agricultura y la base de ésta: la tierra.
El Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) abre sus puertas anualmente a miles de personas que se congregan en los predios del coliseo Rafael A. Mangual para observar los animales, charlar sobre horticultura, analizar nuevas tecnologías agrícolas, orientarse sobre los beneficios de las plantas medicinales, adquirir una orquídea, tomarse un coco frío o sencillamente satisfacer la curiosidad de tocar un torito.
Cinco Días con Nuestra Tierra comenzó a celebrarse en el año 1977 con el propósito de promover y divulgar la instrucción agrícola entre la comunidad. El evento se llevaba a cabo en el vestíbulo del edificio Piñero, sede del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) del RUM. Desde ese entonces ha evolucionado hasta convertirse en una de las ferias agrícolas más importantes del País, indicó el doctor John Fernández Van Cleve, decano de esa facultad.
“La celebración de tres décadas de la feria representan 30 años de desarrollo de liderazgo en los estudiantes de Ciencias Agrícolas”, sostuvo el Decano quien en su época de estudiante también participó en la organización del evento y lo cataloga como “la escuela de liderato más significativa de este Recinto”.
Agregó que “el esfuerzo y dedicación de estos jóvenes en recaudar los fondos necesarios para efectuar la feria, en coordinar la logística de los muchos eventos y actividades a efectuarse, de montar las exhibiciones y de resolver problemas que siempre vienen en el último minuto, ha sido motivo de gran orgullo y satisfacción para nosotros los administradores y profesores del Colegio de Ciencias Agrícolas”.
Precisamente, este año dirigió los trabajos de coordinación el estudiante José Francisco Oramas, quien cursa su último año del programa de Agricultura General. “Da mucho gusto que seamos los estudiantes quienes 100 por ciento organizamos la actividad. Así aprendemos a involucrarnos en lo que será nuestro futuro negocio o empleo”, indicó el Colegial.
El evento se efectuó del 13 al 17 de marzo y una de las atracciones principales de este año fue una vaquería portátil que mostró todo el proceso de ordeñar las vacas. Las sesiones se llevaron a cabo a las 5:00 a.m. y a las 4:00 p.m. y contaron con un lleno total, manifestó Oramas. Añadió que es la primera vez que el evento exhibe los procesos de una vaquería.
Según estimó el Comité Organizador, a la actividad asistieron aproximadamente 60 mil personas, entre éstos, cientos de niños que participaron de excursiones de las escuelas, clubes 4-H y el público en general.
“La actividad fue un éxito rotundo en todos los aspectos, la parte educativa, las exhibiciones, los talleres, la asistencia y no nos llovió”, puntualizó Oramas.
Resaltó que uno de los momentos más emotivos de la feria se efectuó el viernes, 16 de marzo al atardecer. Los miembros del Comité se unieron en la tarima principal para brindarle un homenaje póstumo a Luis Gabriel (Gaby) Soto quien falleció en un accidente automovilístico el pasado verano. Gaby, estudiaba Agronegocios en el departamento de Economía Agrícola del CCA y formaba parte de los organizadores de Cinco Días con Nuestra Tierra.
Por otro lado, Oramas destacó la importancia del componente educativo del evento. Por eso, se efectuaron varios talleres que incluyeron temas como injertos, tecnología de alimentos y la mujer en la agricultura, entre otros.
Precisamente, como parte de la agenda de Cinco Días el miércoles, 14 de marzo se firmó un acuerdo de entendimiento entre la Oficina de la Procuradora de la Mujer y el RUM con el fin de continuar con los esfuerzos de capacitación de las féminas en la agricultura. Mientras, el viernes, 16 de marzo se efectuó la Segunda Jornada Científica: Alimentos, Ciencia, Tecnología y Bioseguridad.
Cinco Días con Nuestra Tierra comenzó con el tradicional desfile en el que participaron las mascotas del Colegio, Tarzán y Jane transportados en una yunta de bueyes. Asimismo, las agrupaciones de banda y abanderadas del RUM. La agenda del evento incluyó foros, talleres, exhibiciones, un variado espectáculo artístico en las noches y por supuesto la curiosidad de los niños.
La feria Cinco Días con Nuestra Tierra inició con el tradicional desfile por el campus encabezado por abanderadas del Colegio.
La Banda Colegial también marchó por el Recinto en el inicio de la feria agrícola.
La yunta de bueyes ya forma parte de la celebración que cumplió su trigésimo aniversario.
Tarzán y Jane, las mascotas oficiales del RUM también se unieron al desfile.
Los tractores y la nueva tecnología en la agricultura fueron parte de la feria educativa.
Los caballos de paso fino también se integraron a la procesión agrícola.
Funcionarios del RUM acompañan a jóvenes del Club 4-H de Aguadilla.
Fotos Carlos Díaz/Prensa RUM
Grandes y chicos disfrutaron en los predios de Cinco Días con Nuestra Tierra.
El Comité Organizador brindó un homenaje póstumo al estudiante Luis Gabriel Soto quien falleció en un accidente automovilístico el pasado verano.
Fotos Mariam Ludim Rosa/Prensa RUM
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