viernes, 22 de diciembre de 2006
Quisiera niño besarte,
y San José no me deja
dice que te haré llorar,
verdad que aún así me dejas.
Se escuchan melodías por doquier que confirman la llegada de la Navidad. Desde sus manifestaciones sacras hasta las vertientes culturales; desde los villancicos hasta los aguinaldos. Y es que la música aunque “está perpetuamente palpitando en el espacio”, como decía el escritor José Martí, durante la temporada navideña toma un giro particular que fusiona la celebración de la natividad con el folclor.
Ha nacido en un portal
llenito de telarañas,
entre la mula y el buey,
el Redentor de las almas.
“Hemos ‘criollizado’ el evento histórico del nacimiento de Jesús”, sostuvo el doctor José Antonio López Torres, profesor de Música del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). A juicio del guitarrista un ejemplo musical de esta combinación entre la cultura puertorriqueña y la festividad del nacimiento es El Villancico Yaucano de Amaury Veray.
En Belén tocan a fuego,
del portal sale la llama
es una estrella del cielo
que ha caído entre las pajas.
“Amaury Veray te dice que en Yauco hay un niño que se llama Juan el Verdurero y que va a Belén. No le lleva al recién nacido incienso y mirra, le lleva un saquito de café y un gallito quiquiriquí”, agregó López Torres al reiterar que se trata de un “discurso poético completamente criollizado”.
Yo soy un pobre yaucano
que viene de Yauco aquí
y a mi niño Dios le traigo
un gallo quiquiriquí.
De acuerdo al profesor, El Villancinco Yaucano “es lo más logrado que tenemos en la música puertorriqueña en repertorio navideño desde las dos vertientes de texto y música”. “Es lo más grande que tenemos en nuestra tradición musical”, opinó.
Ya lo sabes niño hermoso,
soy del pueblo del café
por si quieres dos saquitos,
también yo te los traeré.
Por su parte, el profesor Edgar Antonio Vélez Montes, director del departamento de Banda y Orquesta del RUM destacó la relevancia de la música durante el periodo navideño. “Yo pienso que la música en esta época es tan o más importante que en otras épocas, ya que estamos celebrando el nacimiento del niño Dios… qué mejor forma de celebrarlo que con cantos y regocijos a través de la música buena”, afirmó.
Yo soy Juan el verdurero
que vengo de la montaña
y te traigo viandas buenas
desde mi humilde cabaña.
Explicó que hay dos tipos de música, la buena y la mala. “Yo defino la música buena como la que apela a los sentimientos profundos, te hace reflexionar y te da un sentido positivo de la vida. Y la música mala es la que te disgusta o que lleva a los sentimientos negativos del ser humano y no estoy hablando de estilos de música, sino al mensaje que te hace sentir”, señaló el pianista.
Al niño recién nacido
todos le ofrecen un don.
Yo como no tengo nada,
le ofrezco mi corazón.
Amaury Veray
“Es bonito… la música tiene la capacidad de afectar las emociones del que la escucha. Chopin decía que tenía la capacidad de deleitar el alma. La música tiene muchos poderes y definitivamente es esencial para nuestra cultura musical navideña”, coincidió López Torres.
El Colegio se integra a la tradición
Las agrupaciones musicales y corales del Colegio también integraron sus voces e instrumentos al espíritu de la Navidad. Las manifestaciones rítmicas navideñas que compartieron con diferentes públicos fueron variadas. Interpretaron desde el folclore latinoamericano hasta la salsa; desde el jazz hasta la música de cuerdas y de instrumentos de vientos.
Todos los grupos del departamento de Banda y Orquesta del RUM: Orquesta de Cuerdas, Banda de Conciertos, Coral Universitaria, Alma Latina, Collage Stage On y Millenium Dancers presentaron su repertorio de temporada, primero en el Sexto Encendido Navideño del RUM. Luego, la Coral Universitaria y Corium Canticum se presentaron en dos iglesias de Mayagüez: la Adventista de Bella Vista y la Catedral Católica Nuestra Señora de la Candelaria.
Un común denominador en todas las presentaciones de los artistas colegiales fue la interpretación del clásico Navidad Nuestra de Ariel Ramírez por la Coral Universitaria. Durante el encendido cantaron acompañados del Grupo Tepeu mientras en las iglesias el arreglo incluía piano y flauta.
“Nosotros cuando vamos a las catedrales y las iglesias queremos llevar un mensaje de paz, de tranquilidad sosiego y reflexión. Es la mejor época porque la gente está más tranquila, reflexionando, con el espíritu a flor de piel… y aprovechamos ese momento para dejar una huella en los corazones y el alma del público a través de la música coral, llevamos un mensaje musical y llevamos palabra”, indicó Vélez Montes.
Relató que en ambas iglesias se encontraron con un público variado, muy receptivo y educado. “La recepción del público fue excepcional, aparte del lleno en las presentaciones”, sostuvo el director de Banda y Orquesta del RUM.
Destacó que uno de los temas que más llamó la atención de la audiencia fue la pieza Kasar mie la gaji del venezolano Alberto Grau. Explicó que el título de la obra significa que la tierra está cansada. “La música comienza con unos lamentos, tiene unos efectos de viento, gritos, aves muriendo”, explicó el también arreglista al indicar que aunque es una pieza compleja tiene un mensaje profundo.
Concluyó que las presentaciones durante esta temporada tenían como objetivo “llevar un mensaje bonito y alegre”.
La Coral Universitaria durante su presentación en la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria.
La Coral Universitaria interpretó la obra musical Navidad Nuestra de Ariel Ramírez.
Utilizaron el acompañamiento de piano y flauta.
Corium Canticum, otro de los coros del Colegio también se presentó en la Catedral.
Una de las piezas que más llamó la atención de la audiencia fue Kasar mie la gaji (La tierra está cansada) del venezolano Alberto Grau interpretada por Corium Canticum.
La flauta fue parte importante del programa musical navideño.
La Orquesta de Cuerdas durante el Encendido navideño colegial.
La Coral Universitaria acompañada del Grupo Tepeu.
La Banda de Conciertos es la agrupación más antigua del Recinto.
160- Collage Stage On.
El grupo de música tropical Alma Latina.
Los Millenium RUM Dancers.
Fotos Carlos Díaz
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