Armaduras contra el tiempo
Por Margarita Santori López
msantori@uprm.edu
PRENSA RUM

viernes, 3 de noviembre de 2006

En el corazón de la biblioteca del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) un grupo de empleados realiza un oficio milenario que permite la conservación de cientos de libros, tesis y revistas. Son encuadernadores.

Carlos Irizarry, Jorge Pintos Kingsley y Javier del Valle trabajan en el Taller de Ecuadernaciones y son los encargados de “revestir” y reparar los miles de textos que alberga la biblioteca. También ofrecen servicio a la comunidad universitaria y al público en general.

“Libro nuevo que llega, libro que lo trabajamos aquí”, explicó Irizarry, supervisor del taller, quien aprendió a encuadernar con su padre y comentó que se trata de un oficio que no se estudia en ningún sitio, sino que se aprende por tradición familiar.

“En Puerto Rico sólo hay ocho encuadernadores”, sostuvo. Uno de ellos es precisamente Pintos Kingsley, quien labora en el RUM hace 25 años y proviene de una reconocida familia en este arte manual. Su maestro fue su padre don José Miguel Pintos Rubio, un destacado encuadernador de Cataño. Además de trabajar en el Colegio, Pintos Kingsley tiene su taller y atiende trabajos de notaría para abogados.

Otro que trabaja en el taller es Del Valle quien se inició en el oficio hace apenas tres años. Según cuenta, tenía conocimientos de imprenta y aunque admitió que no es lo mismo, aseguró que se aprende sobre la marcha. Del Valle se especializa en grabados.

“Usamos distintos tipos de letras en diversos tamaños, según las dimensiones de la carpeta”, explicó el joven. Agregó que los grabados se hacen en imitación de oro y plata, pero en otros tiempos era real.


El proceso

En el caso de los libros, la encuadernación comienza cuando se remueven las tapas y luego se determina si sus páginas están cosidas o no. Si lo están, se barrena para reforzar la costura y si no lo están, se hacen unos canales con un serrucho para luego coser. De ahí se pega la guarda (dos tapas para protegerlo) y el super match. Luego se corta en la máquina para asegurar que las páginas tienen el mismo tamaño, según explicó Irizarry.

Las carpetas se confeccionan con cartón -cortado a la medida- que se forran con telas de diversos colores: rojo, vino, marrón, negro, verde y azul. “Usamos mucho la negra para las tesis con grabado en oro y la azul para libros de carátulas (de portada blanda) que utilizan mucho los profesores en sus clases”, indicó por su parte Del Valle.

Los libros de carátula suelen llevar la portada original laminada y son los de mayor demanda en la biblioteca. “Los trabajamos lo más similar posible a la publicación original”, dijo Irizarry. Otros servicios que ofrece el Taller son las tesis y las revistas que se encuadernan en grupos acumulativos por fechas.

Según Irizarry, en el taller se trabajan alrededor de 1,800 libros al año. “La cantidad mensual varía porque preparamos distintas tandas grandes de producción”, indicó. Añadió que la maquinaria es de hace 50 a 60 años, pero es la que se utiliza porque es fuerte y duradera.


Servicio a la comunidad

Por su parte, la profesora Irma Ramírez, quien dirigió la biblioteca durante cuatro años y medio y se acogió al retiro en agosto pasado, señaló que el Taller de Encuadernaciones siempre ha existido en la biblioteca, pero hace dos años expandieron el servicio a la comunidad universitaria y el público en general. “Hemos tenido una buena acogida. Lo que recaudamos lo usamos para comprar materiales”, afirmó.

Asimismo, la profesora Norma Sojo, coordinadora de Servicios Técnicos, explicó que esta iniciativa es para dar a conocer y mercadear el servicio que ofrecen. Éstos son encuadernación nueva y reparación utilizando carpetas ajustadas al recurso y preparadas en el taller. Además, realizan encuadernación con carpetas de plástico (Xerox Binder) para informes, revistas y algunos tipos de libro.

Los precios por libros comienzan en $10; las revistas en $15; las tesis en $25 y Xerox Binder en $3. El grabado es $2 por línea.

El Taller de Encuadernaciones es una unidad del área de Servicios Técnicos y está ubicado en el segundo piso de la Biblioteca General.

Los interesados pueden comunicarse al (787) 832-4040, extensión 2301 y 2151 o escribir a charlie@rumlib.uprm.edu.


De izquierda a derecha, Carlos Irizarry , Javier del Valle y Jorge Pintos muestran algunos de los trabajos que realizan en el taller.

Carlos Irizarry serrucha varios canales para luego coser el texto. Jorge Pintos barrena el texto antes de coserlo.

Pintos se prepara para coser una de la publicaciones. El texto se pega con una cola especial para estos propósitos.


La costura se realiza para reforzar el texto.

Parte del proceso de encuadernación es pegar “la guarda”, dos tapas que protegen el texto. El super match refuerza el encuadernado.

El texto se corta para asegurar que las páginas tengan el mismo tamaño. El cartón se corta a la medida en la guillotina.

Pintos selecciona el color de la tela que utilizará para la encuadernación. Del Valle prepara la tela antes de colocar el cartón.


La tela se pasa por una máquina de pegamento para luego forrar el cartón.


Del Valle le da los últimos toques a la carpeta. Observan Irizarry y Pintos.


La carpeta de carátula conserva la portada original.


Para los grabados se utilizan distintos tamaños y tipos de letras en imitación de oro o plata.

Fotos por Carlos Díaz/PRENSA RUM