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viernes, 5 de mayo de 2006
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La escritora y profesora emérita del RUM, doctora María Solá, fue reconocida por el Departamento de Estudios Hispánicos. |
Fue a los siete años que la profesora María “Maggie” Solá aprendió su primer poema. “Cultivo una rosa blanca, en junio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca…”, versos de José Martí que leyó con pura pasión como todos los poemas que compartió en su lección magistral de los actos de apertura de la Semana de la Lengua en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). El departamento de Estudios Hispánicos organizó el evento celebrado del 25 al 27 de abril pasado que fue dedicado a la doctora Solá, catedrática retirada de ese departamento y profesora emérita del RUM.
Su conferencia titulada “Vivir en las páginas” cautivó la atención de un nutrido público que acudió al anfiteatro de Ingeniería Industrial para unirse al tributo que le hicieron sus colegas y por lo cual develaron ese día un cartel conmemorativo creado por el artista José Alicea.
La escritora y crítica literaria habló de poesía, pero antes agradeció a todos y todas por el reconocimiento y aprovechó para darle las gracias especialmente a cuatro personas que, según aseguró, aportaron significativamente a la Facultad de Artes y Ciencias del RUM: los doctores Loida Figueroa, Manuel Álvarez Nazario, Josefina Rivera de Álvarez y Aura Román. También resaltó lo afortunada que ha sido por “ganar dinero haciendo lo que más me completa”: hablar y escuchar; escribir y leer.
La profesora Solá, a quien la doctora Carmen Rivera en su presentación llamó “una intelectual de primer orden”, confesó su entusiasmo en compartir su visión amplia sobre la poesía a la que, según afirmó, percibe como un conjunto de palabras, de sonidos y ritmos que expresan emoción. “Nada más y nada menos”, sentenció la educadora. Agregó que la poesía se encuentra en todas partes y nada es ajeno a ella porque integra todas las realidades. “Puede encontrarse en una canción, en una pared, en una camiseta, en un cartel, tanto como en un libro. Palabras fugaces que se pueden escuchar”, afirmó.
En su discurso mencionó el erotismo, la aventura, la pasión, la libertad, el sentido del humor, la comunión, la paz o “todo a la vez”, como algunas de las manifestaciones de este género literario al que llamó “el laboratorio de la literatura”. Además, reconoció la creación poética de las mujeres que, según dijo, data “del tiempo de las cavernas”.
Del mismo modo, comentó entre sonrisas que la poesía es energía renovable. “Sí, energía renovable. Mientras dura la interacción con un verso, uno es joven, la protagonista, uno experimenta múltiples transformaciones. Cuando se llega a amar un poema por su brevedad y musicalidad tiende a permanecer en la memoria de modo que sigue enriqueciendo día tras día, año tras año la conciencia y la percepción, a veces hasta que muere esa persona”, declaró.
Según la crítica literaria, la poesía no se limita a la métrica y aunque la considera muy válida, opinó que es sólo una forma de preservar la expresividad de los sonidos poéticos. “Me frustra ver que muchas lecciones de poesía se limitan a la métrica y a la retórica más que tratar de mostrar la intensiva rítmica y los significados líricos”, expresó.
Durante su presentación la profesora compartió varios poemas con el público y culminó con el que llamó “uno de nuestros himnos más preciados”, el poema Oubao-Moin, que en lengua taína significa “isla de sangre”, escrito por Juan Antonio Corretjer y musicalizado por Roy Brown. “Y gloria a las manos, a todas las manos que hoy trabajan porque ellas construyen y saldrá de ellas la nueva patria liberada. ¡La patria de todas las manos que trabajan! Para ellas y para su patria ¡Alabanza!, ¡Alabanza!”, declamó entre sollozos Solá.
Por su parte del doctor Jaime Martell, director del departamento de Estudios Hispánicos les dio la bienvenida a los presentes y agradeció a los organizadores del evento, entre ellas, a las doctoras Elsa Arroyo y Julia Cristina Ortiz Lugo.
Ese mismo día por la tarde se presentó el foro “Problemas y perspectivas de los Estudios Hispánicos en el Recinto”, un conversatorio entre Solá, el crítico literario invitado Efraín Barradas y estudiantes de ese departamento.
El segundo día se celebró otro conversatorio entre Solá, la profesora Marlene Acarón y antiguos alumnos del RUM titulado “Testimonios del Colegio antes: memorias gratas, críticas y recomendaciones para los próximos cien años”. Además, el músico Jacques Landry ofreció un concierto de guitarra y se llevó a cabo una actividad de confraternidad en la residencia del Rector.
Las actividades culminaron el jueves 27 con la conferencia “María Solá y la crítica: recuerdos, recuentos y reclamos”, ofrecida por Barradas.
La doctora Elsa Arroyo y el doctor Jaime Martell, director del departamento de Estudios Hispánicos develan el cartel conmemorativo de la Semana de la Lengua.
En el orden acostumbrado, Sylvia Solá, Efraín Barradas, Jaime Martell y Elsa Arroyo durante la presentación de la doctora María Solá.
Un público numeroso asistió a la apertura de la Semana de la Lengua que tuvo como maestra de ceremonias a la profesora Carmen Rodríguez Marín.
La doctora Carmen Rivera presentó a la doctora María Solá.
Fotos Carlos Díaz/Prensa RUM
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