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viernes, 23 de diciembre de 2005
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El Dr. James L. Melsa, decano emérito del Colegio de Ingeniería de Iowa State University dictó recientemente la conferencia A blueprint and framework for excellence. |
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Siglo 21: la era del conocimiento. Lo que obliga a romper con los paradigmas tradicionales y exige comprender que el cambio así como el aprendizaje constante deben ser la norma en las instituciones educativas universitarias. Ése fue el tema principal de la conferencia A blue print and framework for excellence dictada por el doctor James L. Melsa, decano emérito del Colegio de Ingeniería de Iowa State University.
Deseo proponerles, como una realidad, que el cambio es necesario en las universidades, afirmó Melsa quien fue invitado por la Oficina de Mejoramiento Continuo y Avalúo del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) que dirige el doctor Anand Sharma.
A juicio de Melsa el cambio es importante ya que mucho de lo que se hace en las universidades se puede mejorar. Y ése, según opinó, es uno de los problemas mayores: pensar que los asuntos marchan bien por lo que no se consideran para perfeccionarlos. Debemos evitar caer en la trampa de que muy bueno es perfecto y debemos adoptar el postulado de que perfecto es muy bueno, recalcó.
Por otra parte, agregó que el cambio también es necesario en momentos en que se efectúan procesos que en realidad no son importantes. Destacó que el cambio es igualmente determinante en circunstancias en que no se están realizando tareas que son primordiales. La realidad es que las universidades deben transformarse en organizaciones que aprenden, que tengan la capacidad para crear, adquirir y transferir conocimiento. Deben modificar su comportamiento para reflejar sus nuevos conocimientos, sostuvo.
Melsa afirmó que las organizaciones educacionales del siglo 21 deben ser flexibles, transparentes, apoderadas y enfocadas hacia las necesidades del cliente - en este caso los estudiantes. Deseo proponer que el nuevo modelo de educación universitaria debe ser basado en el aprendizaje y debe demandar una integración activa de los estudiantes, precisó. Añadió que las instituciones necesitan enfocarse en las necesidades reales de los alumnos.
Explicó que un programa educacional basado en la enseñanza está enfocado en los profesores, mientras que un programa basado en el aprendizaje va dirigido al estudiante. En el modelo basado en la enseñanza el profesor trabaja duro mientras el alumno escucha. En el modelo basado en el aprendizaje los estudiantes trabajan duro en el proceso de aprender, mientras los profesores escuchan y guían, aseveró.
Indicó que estudios recientes confirman que el método de enseñanza basado en exclusivamente dar una conferencia es uno de los acercamientos más inefectivos de transferir conocimiento. El aprendizaje se puede dar de muchas formas: internados, trabajos de verano, diseño de proyectos, estudio de casos, conversaciones en el pasillo así como en el salón de clases, expresó. Opinó que con los métodos de enseñanza tradicionales muy poco aprendizaje ocurre en el salón de clases ya que la educación se concentra en transferir las anotaciones del profesor a los estudiantes sin pasar por el cerebro de ambos. Esto, según Melsa, es una tarea que mejor desempeñaría una fotocopiadora.
Insistió en que las universidades deben brindarle a los estudiantes la experiencia de trabajos en equipo, ya que, precisamente eso, es lo que harán cuando laboren en las organizaciones. Hay amplia evidencia de que el aprendizaje se incrementa a través de acuerdos cooperativos entre estudiantes, y entre la facultad y los alumnos. El conocimiento es único porque crece y mejora cuando se comparte y se usa, puntualizó.
Melsa aseguró que el aprendizaje demanda que los estudiantes sean participantes de la experiencia no unos simples espectadores. En la sociedad basada en el conocimiento del siglo 21, los estudiantes deben aprender a pensar, declaró. Si queremos que las cosas sean diferentes, entonces debemos comenzar a actuar diferente. Es una locura hacer las cosas de la misma manera y esperar resultados diferentes, concluyó.
En ruta hacia el Malcolm
Tras finalizada su ponencia principal Melsa compartió con la audiencia algunos criterios para alcanzar el Malcolm Baldrige National Quality Award. Este reconocimiento es otorgado por el Presidente de los Estados Unidos a organizaciones que se han destacado en las siguientes siete áreas: liderazgo; planificación estratégica; enfoque hacia el cliente y el mercado (en este caso los estudiantes); medición, análisis y gerencia de conocimiento; enfoque hacia los recursos humanos, gerencia de procesos, y resultados.
Según explicó Melsa los criterios del Baldrige son utilizados por las organizaciones, incluyendo instituciones educativas, para mejorar su desempeño general. Agregó que algunos de los valores principales para lograr estos criterios son la creatividad, la innovación, la agilidad y el enfoque hacia el futuro.
Precisamente, el rector del Recinto, Jorge Iván Vélez Arocho expresó que el RUM desea ir al próximo nivel en su mejoramiento como institución. Por eso queremos utilizar un mecanismo reconocido internacionalmente -como lo es Malcolm Baldrige National Quality Award- para nosotros asegurarnos que tengamos un mapa que podemos seguir para tener una experiencia de calidad en la vida universitaria, articuló Vélez Arocho. Agregó que los esfuerzos para cumplir con los criterios del Baldrige se iniciarán desde la Oficina de Mejoramiento y Avalúo que dirige Sharma.
La conferencia se llevó a cabo el pasado 15 de diciembre en el Anfiteatro del edificio Josefina Torres Torres. A la presentación asistieron algunos decanos, directores de departamentos así como profesores.
En primera fila a la izquierda Melsa, seguido del Dr. Antonio González Quevedo, director de la Oficina de Investigación Institucional y Planificación . Al fondo se observan parte de los asistentes a la conferencia.
El Dr. Anand Sharma, director de la Oficina de Mejoramiento y Avalúo le dio la bienvenida a Melsa.
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