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viernes, 4 de febrero de 2005
Había una vez un amplio recinto de ventanales continuos, pintado con los tonos crayola de los colores primarios, conocido por los bajitos como mi escuelita y por los grandes como el Centro de Desarrollo Preescolar del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
Era el día de premiación del certamen de dibujo para el cartel conmemorativo de la Semana de la Biblioteca 2005, es decir, enero 27 del presente. Los chiquillos, atentos y entusiastas, hicieron gala de su capacidad para mantener la boca cerrada usando el viejo truco de la cremallera imaginaria mientras los adultos ofrecían su protocolar saludo. Entre ellos, los grandes, estaban Maribel González, directora del parvulario, María del C. Pérez, Jeisa Soto, Arlene Fremaint y Franklyn Irizarry, miembros del Comité Semana de la Biblioteca 2005 del RUM.
Tras una excursión al recinto del saber, once estudiantes expresaron su interpretación del lema Más allá de las paredes de la Biblioteca, con dibujos realizados en diversos medios. Las creaciones infantiles estuvieron en exhibición sobre las mesas. En una de ellas, una nube violeta flota sobre el cielo rojo que sirve de trasfondo a un niño de palito que desciende por una pendiente fucsia con un libro en la mano hacia la Biblioteca verde colegial. En otro dibujo, la Biblioteca es un sonriente rectángulo con patas y brazos que corre hacia el espectador. Todos son hermosos, pero sólo uno podía usarse para el afiche.
La tarea de escogerlo recayó sobre Sandra Aponte, profesora de Humanidades, Olga Alequín, del Taller Esquemas, y Carlos Rocafort III, artista gráfico. Usaron tres criterios: que no hubiera trazos de mano adulta en el dibujo, que fuera una interpretación original del lema, y que pudiera publicarse a manera de cartel, explicó Aponte, presidenta del Jurado.
Carmen Andrade, segunda finalista, representó el edificio de la Biblioteca con vocales en las ventanas. Se dibujó libro en mano bajo un sol amarillo que despedía rayos rojos. Desiré Rivera, primera finalista, también se dibujó, con los altos moñitos que llevaba durante la premiación. Junto a su autorretrato aparece la Tierra, un dinosaurio, una escalera, en fin, cosas de las que se puede aprender en la Biblioteca.
El dibujo seleccionado para el cartel fue el de Verónica Bayrón: un libro abierto emite un arcoiris como un pentagrama en que flotan números y vocales, y tres siluetas parecen danzar bajo su colorido efecto. Padres, compañeritos, maestros y visitantes aplaudieron la selección.
Luego, Fremaint leyó a los pequeños la historia de la coneja Pelusita y Cándida Lomba, empleada de la sección de Revistas y Recursos Electrónicos, el poema de su autoría Dulces angelitos.
La Semana de la Biblioteca, que se celebrará en abril, ya cuenta con su arte.
Verónica Bayrón, cuyo dibujo adornará el cartel de la Semana de la Biblioteca 2005, sonríe junto a sus padres y a la profesora Sandra Aponte, presidenta del jurado que seleccionó su obra.
De izquierda a derecha, Verónica Bayrón, Desiré Rivera y Carmen Andrade fueron respectivamente ganadora, primera finalista y segunda finalista.
Algunos de los dibujos de los casi ganadores del certamen.
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