jueves, 29 de enero de 2004
La vida imaginaria es tan real como la vida real.
La sentencia anterior es cierta para Rosa Montero, quien comenzó a leer y a escribir a los cinco años -recluida por una tuberculosis que la aquejó hasta los nueve- y desde entonces nunca ha dejado de hacerlo. La escritora española visitó el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) a fines de noviembre para promover La loca de la casa, su más reciente libro, por invitación del Departamento de Estudios Hispánicos.
Para Montero, se trata del libro que ha escrito con mayor felicidad, después de tres décadas en la carrera del periodismo y una veintena de libros publicados en diversos géneros. La loca de la casa es un tratado que explora el tema de la imaginación y su parentesco con la locura, porque entiende que todos los seres humanos llevan dentro algo de ambas y que, lejos de ser un mal, gracias a la primera podemos darle un sentido a la vida, sortear su oscuridad, según afirmó.
Luego de la introducción, la autora respondió preguntas del público. Entre sus comentarios, que uno de los mayores beneficios del periodismo -que considera un género literario como cualquier otro- es que enseña a recortar el texto. Respecto a sus hábitos de lectura, contó que puede pasar algunos años leyendo cierto grupo de escritores o sobre una época histórica, pero también selecciona libros por recomendación de los amigos o simplemente porque una portada le llama la atención. Su experiencia como lectora le ha enseñado que, dada la brevedad de la vida, no tiene que obligarse a terminar un libro que no le interesa, pero no concibe la vida sin lectura.
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Si tuviera que escoger entre leer o escribir, optaría por lo segundo, porque dejar de escribir es una locura, pero dejar de leer es la muerte, aseveró. En cuanto a su proceso de creación, declaró que va armando tramas en su mente un par de años antes de sentarse a escribir y luego dedica otro par a la composición y edición.
La autora recomendó a los narradores aspirantes leer y escribir incansablemente, jugar con las palabras, no enamorarse de sus textos y no permitir que el ego se interponga entre ellos y la literatura porque el ansia de éxito pierde al escritor. La fama es la forma más barata y artificial del triunfo.
La presentación estuvo a cargo del doctor Francisco García-Moreno Barco, catedrático de ese departamento. Coordinaron esta actividad la directora interina del Departamento de Estudios Hispánicos, profesora Aida Carrero, y la doctora Jacqueline Girón, quien además escribió el libreto de La loca de la casa, una representación teatral en homenaje a la obra homónima de Montero. Las actrices fueron las estudiantes Geisa Soto, Cristina Pérez, Joan Quiles y Lorraine Carrau, quienes encarnaron a Miguel de Cervantes, Jorge Luis Borges, Sor Juana Inés de la Cruz y la loca de la casa, espectivamente. La doctora Lissette Rolón del Departamento de Humanidades fue la maestra de ceremonias. |